Mbappé provoca un giro de 180º en Nasser Al-Khelaïfi: no habrá más casos como Leo Messi y Neymar
La sanidad de Kylian Mbappé marca un cambio de rumbo en el PSG
Desde que el dinero de Qatar llegó al PSG, el conjunto parisino ha tenido una política de fichajes muy clara; fichar al mejor jugador disponible para formar los mejores álbumes de cromos jamás vistos. En este sentido, dicha política alcanzó su pico al firmar a Leo Messi creando el tridente más caro jamás visto junto con Neymar y Mbappé. Sin embargo, la acumulación de estrellas nunca ha traído buenos resultados a un Nasser Al-Khelaïfi que, con el adiós de Kylian Mbappé, tiene la oportunidad de cambiar el rumbo del conjunto parisino.
Se acabaron las estrellas para formar equipos
Ante la crisis que podría provocar la marcha de Mbappé, Nasser Al-Khelaïfi tiene delante suya la mejor oportunidad posible para reconstruir completamente un proyecto que estaba viciado con los fallos del pasado. Y es que, ahora, sin estrellas, el PSG es el lienzo ideal para que un entrenador como Luis Enrique comience a idear un proyecto donde el grupo sea la base de todo, hecho que comienza con la salida de Mbappé y pasa por la complicidad de Al-Khelaïfi.
Desde que en 2011 el dinero qatarí llegó al Parque de los Príncipes, esta es la primera ocasión en la cual los parisinos cuentan con un equipo listo para formar un núcleo sólido a partir del cual formar un equipo con cara y ojos donde se prime una idea colectiva por encima de unas individualidades que no han dado ni una Champions en los 13 años que Al-Khealïfi ha estado al mando.
En este sentido, con el agónico final de la etapa de Kylian Mbappé, se debería marcar un antes y un después en París, donde ya no habrá más casos Neymar ni Leo Messi, los cuales condicionaban de tal manera el juego del equipo que nunca fueron capaces de superar los octavos de final de la Liga de Campeones.
Ahora, con un equipo formado alrededor de talentos como Warren Zaïre-Emery, Ousmane Dembélé, Kolo Muani, Vitinha, entre muchos otros, es el momento para que, con algunas incorporaciones de nivel y del agrado de Luis Enrique, el PSG de a su entrenador la oportunidad de formar, por primera vez en muchos años, un equipo sólido formado a partir de una idea de juego, no en base a unos nombres que no hacen más que garantizar ventas de camisetas en lugar de éxitos.