Messi lo quiere contener y Neymar lo desata: el huracán devora Europa
El astro argentino está tratando de evitar la desestabilización de la plantilla pero no hay vuelta atrás
Hay un hecho objetivo que Leo Messi está tratando de torpedear para que sus efectos no caigan como una losa sobre la buena racha deportiva del FC Barcelona, una que ejercería de desestabilización justo en el momento decisivo: cuando el Barça de Ronald Koeman ha alcanzado la regularidad en su juego y resultados, y se acerca el enfrentamiento de octavos de final de la Champions League ante el PSG. Pero ni siquiera el astro argentino puede detener el huracán despertado por Neymar Júnior que va a devorar Europa.
Falta la activación definitiva del mismo, que llegará cuando acabe la temporada y el 10 de la albiceleste quede libre para irse a donde desee (solo hay dos opciones por proyecto y entorno favorable para el argentino: Paris Saint-Germain o Manchester City), y que marcará como el statu quo europeo se parte en mil pedazos, devorando a todos aquellos peces grandes y pequeños que no se adapten. Nos explicamos: la llegada de Messi a París va a generar un efecto dominó que tocará tanto a los grandes clubs como a los menos mediáticos.
De primeras, piensen en la entidad francesa: no pueden mantener el sueldo astronómico de Messi, el no menos enorme de Neymar y un hipotético tercero, igual que el segundo, de Kylian Mbappé (amén de los Di María, Mauro Icardi y demás firmamento galo), por lo que Messi vestido del blaugrana en el Parque de los Príncipes hace de Mbappé un descarte francés que deberán pagar desde Madrid o Liverpool. En primer lugar, cualquiera de estos dos clubs (blancos y reds) que no tenga las arcas preparadas para fichar al 7 del PSG se quedará atrás y sin premio. Después, pongamos el caso de los de Klopp, si Mbappé viste de red, Salah, Sadio Mané o Firmino (las tres estrellas del Liverpool), tal vez más de una, deberá salir. Y, por ende, la llegada de Salah a otro gigante abrirá otra salida en el receptor, y así sucesivamente.
En definitiva, Neymar sabe que el PSG quiere a Messi, que el argentino desea irse del Barça y que solo tiene la vía de los skyblue y la suya, la parisina, por lo que desde la capital de Francia quieren presionar para quebrar la confianza del Barcelona antes del partido de Champions, que enfrenta a los dos clubs en dos semanas, y ya de paso cerrar el acuerdo por el argentino. Tal como lo ve Neymar es una jugada redonda: dejan al Barça tocado con la certeza prematura del adiós de su estrella y al final de temporada se hacen con la gallina de los huevos de oro.
