Neymar traiciona a Leo Messi y hunde el Camp Nou ¡Jugada maestra!

Desde que Neymar Junior abandonara el abrigo de Leo Messi y el FC Barcelona los trofeos continentales de ambos jugadores han sido exiguos. De hecho no han estado ni cerca de disputar una final de la Champions League, desde el triunfo culé en 2015, y, por ende, de la Supercopa de Europa y el ‘Mundialito de Clubes’ (Copa Mundial de Clubes de la FIFA). Cierto es que ambos han ganado sus respectivas ligas, pero la Liga de Campeones les es esquiva. Por eso Neymar deseó jugar con Messi de nuevo en el Camp Nou, pero como este deseo no puede hacerse realidad, el brasileño y su equipo actual contraatacan con la peor certeza contra el club catalán.

En este sentido, Neymar sabe que esta temporada (2019/20) tiene posibilidades de lograr la máxima competición continental –ya se han deshecho del Borussia de Dortmund de Erling Haaland y Jadon Sancho-, pero la gane o no espera que al menos la temporada que está por empezar (2020/21) tengan todas las garantías para ser uno de los favoritos a llevarse la orejona. Cuanta para ello con Kylian Mbappé, que no se moverá del club francés este verano, sin embargo falta una última arma, justo la que le va a robar al argentino y a su ex equipo.

Con el 10 de la canarinha de enganche o caído a una de las dos bandas y el 7 galo tirado a la otra, el PSG tiene desborde y capacidad de desequilibrio ilimitada, pero hace falta un nueve, y ese no puede ser ni Edinson Cavani ni Mauro Icardi, que abandonarán el PSG al término de esta temporada. No obstante, el sustituto es mejor aún. El elegido es Lautaro Martínez, que debe llegar a la capital de Francia como el bombazo del verano que complete la mejor delantera del mundo. De época, puede ser.

La pérdida del uruguayo e Icardi no le reportará ningún beneficio económico a las arcas parisinas; por el contrario, sí dejará hueca la demarcación del rematador puro, esa posición necesaria para aumentar los guarismos y embocar la ganancia que ellos consigan desde sus regates, y el delantero del Inter de Milan tiene todo lo que necesitan: calidad, juventud, hambre y efectividad. Ajustando algunas piezas de la plantilla y manteniendo a los dos jugadores más caros del mundo, el Paris Saint-Germain debilita al Barça y con Lautaro se convierte en el equipo con el potencial ofensivo más poderoso: una jugada maestra.