Rechaza la oferta de Leo Messi y… ¡jugará con Neymar!

El PSG está trabajando duro para planificar la plantilla de cara a la temporada que viene lo antes posible. Las grandes incógnitas para el club parisino se encuentran principalmente en el apartado de salidas, dentro del que podría acabar Neymar Jr o Kylian Mbappe, pese a que el deseo del club es mantener al menos al francés. El dinero no será problema gracias a su gran respaldo económico que también podría verse ampliado gracias al dinero que se recaude en la operación salida.

Uno de los jugadores a los que han echado el ojo desde el Parque de los Príncipes es Jonathan Ikoné. El mediapunta del Lille es una de las grandes promesas del fútbol francés y es una de las peticiones expresas de Thomas Tuchel. A sus 21 años ha demostrado en la Ligue 1 todo su potencial consagrándose como una de las grandes revelaciones de la temporada. 36 encuentros disputados en los que ha conseguido sumar 4 goles y 7 asistencias. Un futbolista que ya conoce la casa tras su paso por las categorías inferiores del PSG, club que abandonó el verano de 2018 por 5 millones de euros.

Su gran temporada ha puesto en bandeja su vuelta a París, una oferta que no está sola en la mesa del futbolista. Tanto el Manchester United, como el Chelsea como el F.C Barcelona han preguntado también por el francés al Lille. Bartomeu sigue sondeando el mercado en busca de un jugador joven y con progresión cuyo coste puedan asumir desde Barcelona tras la crisis del parón provocado por el coronavirus. Su versatilidad y buen manejo del balón le convierten en uno de los jugadores más codiciados de cara al próximo mercado. Desde Francia han fijado su precio en 40 millones de euros, una cantidad que el Barça busca rebajar.

El futuro de Jonathan Ikoné parece que se encuentra lejos de su actual club ante todas las ofertas de grandes equipos europeos que ha recibido. El jugador tendrá que decidir cual es la mejor opción para su carrera y elegir destino. En Lille tienen asumido que será muy complicado retenerle, mientras que en París se frotan ya las manos ante el regreso a casa de la joya del fútbol francés.