Sergio Ramos y Leo Messi son ya un problema para Pochettino y el PSG

Si Leo Messi no está funcionando sobre el terreno de juego, salvo en algún fogonazo de Champions League, qué decir de Sergio Ramos, fichaje estrella del PSG tras el argentino pero que todavía no ha debutado. Es más, con ellos hay una preocupación honda en la entidad de la capital de Francia, ya que su mecha es más corta que la del resto (finalizan contrato en 2023 y superan ampliamente la treintena) y los resultados con ellos, que se esperaban instantáneos, ahora parecen metas lejanas, casi inalcanzables, sobre todo con Ramos.

En clave de Mauricio Pochettino ya hemos nombrado el problema que tiene para equilibrar al equipo cuando el tridente (Messi, Mbappé y Neymar) está listo, ya que ninguno se prodiga especialmente en labores defensivas, ni siquiera en la presión. En este sentido, vemos continuamente flaquear al gigante francés ante rivales teóricamente inferiores por el poco compromiso en el repliegue de la MMN. Pero la cosa no acaba ahí, ya que el míster argentino, incluso cuando los partidos se complican, tiene difícil sustituirlos ante una posible mala reacción de estos, como ya vimos con Messi.

Y si el problema con Messi (y el tridente) es grave en lo deportivo para Pochettino, qué decir con Sergio Ramos, el cual ni siquiera ha debutado, cobra cerca de 12 millones de euros por temporada y su margen, como decimos, es muy corto. Tengan en cuenta que cada minuto que los dos veteranos ex capitanes de Real Madrid y FC Barcelona se quedan fuera de los planes del PSG o no rinden sobre le césped, es dinero y/o tiempo que se esfuma, ya que ambos tienen contrato hasta 2023.

El caso del futbolista español es particularmente preocupante en París porque su debut no hace más que posponerse y su estado físico pende de un hilo. Sobre ello, Pochettino tiembla, ya que ha de poner a Ramos, cuando esté listo, como fichaje estrella, desarmando a la pareja Marquinhos-Kimpempe y con el riesgo de una recaída, que ya sería fatal para el central. Messi, por su parte, ha pegado un severo bajón en sus números con respecto al Barcelona y lo que es peor, por momentos es intrascendente sobre el césped. Dicho todo ello, cabe preguntarse, ¿fueron un buen negocio?