Luis Enrique ejecuta su plan Mundial: con Luis Aragonés y el Madrid

Suele decirse del aficionado español, con razón, que es un hincha de club, lo que sitúa a la opinión pública del combinado hispano como uno de los fuegos amigos más atroces del panorama del balompié. En España se mide el resultado desde la excelencia del Real Madrid y el Barcelona, desde su bancada, con el color de su trinchera, más ahora si cabe tras el éxito de La Roja de Luis Aragonés y la España de Vicente del Bosque. Y eso lo sabe muy bien Luis Enrique, que sin embargo ya ha cumplido los plazos y los peajes que se había impuesto para llegar como favorito a Qatar 2022. Sí, han odio bien: España es favorita, aunque no lo sepa.

Las similitudes son asombrosas.

Lucho no tiene nada en contra del Real Madrid; si no convoca a ningún jugador blanco es porque sencillamente para su esquema de juego y su concepto de la selección española, estos no encajan. Es más, si Dani Carvajal se recuperara, sí iría con La Roja. De modo que Luis Enrique ya emula a Luis Aragonés, con el que tiene importantes semejanzas que hacen de la España que llegue a Qatar 2022 un durísimo adversario; y si no, tiempo al tiempo.

Si ustedes hacen memoria, el sabio de Hortaleza ya tuvo que lidiar en su día con el forofismo blanco al dejar fuera de España a Raúl (entre otros ilustres en aquel momento), también las pasó canutas para clasificar a España para la Eurocopa de 2008 (como le ocurre ahora a Luis Enrique en el próximo Mundial) e incluso también tuvo que caer con Francia (ocurrió en el Mundial de Alemania, en 2006) para aprender a ganar después. Pues bien, Luis Enrique también soporta el debate madridista; de la misma manera está permanentemente discutido por sus decisiones y sus resultados, que le llevan a estar al borde del KO de cara a la cita mundialista, y al igual que Aragonés ha caído con Francia antes de la gran cita (lo hizo en la Nations League).

Sin embargo, tal y como ocurrió con Luis Aragonés, la ausencia de los Nacho, Asensio, Lucas y compañía (en su día fue Raúl González) no ha hecho que España pierda competitividad o una idea de juego; es más, España es quizá la única selección del mundo a la que nadie puede discutir la posesión del balón juegue quien juegue en el once. Cierto es que el equipo de Luis Enrique no cuenta con estrellas, pero eso también le ocurrió a Luis Aragonés, el cual tuvo a grandes jugadores sin una individualidad superior (véase esta afirmación desde la crítica con la que acudía España a esa Eurocopa de 2008). De la misma manera que con el sabio de Hortaleza, Lucho es el líder, el motor del equipo, y no hay otro; España sabe a lo que juega, se apoya en esa filosofía de juego y en la juventud más característica con él y, pese a su bisoñez, ya cuenta con cicatrices suficientes como para llegar madura a Qatar. 

Sí, España vuelve a ir de tapada, como en 2008, pero hay signos que la convierten en el mejor equipo, y si no, como decimos, tiempo al tiempo.