Memorable paso de Francia ante Messi por Maradona, Iniesta y Pelé

Durante este Mundial, incluso en la pasada final de la Nations League o en Rusia 2018, se ha dicho que Francia mereció menos, que su juego no maravilló, que su fútbol era pobre, sin embargo todos estos calificativos no hacen justicia al meritorio ascenso de un equipo que sigue en la cresta, solo con el tropiezo de la Eurocopa 2020, y ya puede ponerse a la altura de selecciones que lideraron Maradona, Iniesta o Pelé.

En cierta forma, la Argentina de 1986 no fue un equipo de leyenda, como otros de los que hablaremos, pero sí fue legendaria la actuación de Diego Armando Maradona, que precisamente hizo de sí mismo una sombra de éxito para sus compañeros, portando en la memoria colectiva una actuación memorable en la historia de la Copa del Mundo, posiblemente la mejor de siempre. Por eso la Argentina del 86 es leyenda, por eso y porque en 1990 llegó a otra final.

Más huella dejó la Brasil de 1970, el Jogo Bonito en el que estaba Pelé, que conquistaría su tercer mundial, pero donde había otros tantos genios, como Gerson, Jairzinho, Rivelino y Tostao. Esa canarinha arrasó, metió la friolera de 19 tantos, 4 de O Rei, y dejó un eco que aún hoy resuena; tanto que para muchos aficionados ese ha sido el mejor equipo de fútbol de todos los tiempos. A esa altura o por lo menos no muy distante está la España campeona en 2010 en Sudáfrica, que dominó el fútbol internacional desde 2008 hasta 2012, con dos Eurocopas mediante. Un hito nunca antes realizado.

Pues bien, Messi puede que juegue este domingo contra la deidad maradoniana, al menos de puertas adentro, en la Argentina, pero Mbappé, Griezmann, Varane, Giroud, Dembélé o Lucas, entre otros, pueden, si ganan, dejar pintada su estela ya para siempre entre los mejores combinados nacionales de todos los tiempos, porque si bien las críticas sobre su juego pesan en el momento presente en ciertos sectores, nadie puede dudar que ganar dos mundiales consecutivos y una Nations Legue entre medias es una gesta única. De esas irrepetibles, de esas que marcan una época, de esas que se recordarán por siempre en la historia del balompié.