Ancelotti se relaja: el Liverpool más seco no amenaza en Chamartín
Los de Klopp disputaron un partido muy flojo contra el Chelsea, donde ambos demostraron tener la pólvora muy mojada
Ayer se vio en Anfield un espectáculo indigno de dos equipos llamados a ser la máxima élite europea, la desorganización brilló por encima de todo en un partido para olvidar de dos equipos que han luchado por levantar todos los títulos en los últimos años. Sin embargo, hoy en día ambos se encuentran metidos de lleno en el desierto de la mitad de tabla y con un juego que no debería preocupar a sus rivales en Champions League.
Tanto los de Klopp como los de Potter salieron con un dibujo parecido, ambos confiaron en la figura del falso nueve para asumir la punta de sus ataques, una decisión que salió igual a ambos preparadores, pues los locales solamente tirarían tres veces a puerta, por los dos disparos certeros de los blues. Los números hablan por sí solos, la pólvora totalmente mojada en ambos conjuntos.
La única nota destacable del partido fue el ilusionante debut de Mudryk, la joya ucraniana dio rienda suelta a todo su talento. Desbordó por todos lados a la defensa del Liverpool que vio en el recién llegado, el único peligro real por parte del Chelsea. El flamante fichaje de 100 millones entró como revulsivo y cambió a los suyos gracias a unas maniobras técnicas al alcance de unos pocos privilegiados. Sin embargo, sus esfuerzos fueron en vano, ya que nada de lo que generaba acababa en peligro real o en remate de alguno de sus compañeros.
Por parte de los de Klopp, no hay mucho que rescatar, parece que los reds han perdido el alma de ganadores que habían adquirido a la largo de los últimos años y lo más doloroso, Salah no está siendo el que era. El egipcio está brillando negativamente está campaña, ya que únicamente suma siete goles y cuatro asistencias. Cifras demasiado bajas para el que debería ser el gran referente de los de Klopp.
Así pues, el partido ofrecido por los dos gigantes del fútbol inglés dejó muy frías a sus aficiones, las cuales tienen muy pocos motivos para ser optimistas de cara a la segunda mitad de temporada. Por su parte, Ancelotti debe estar muy tranquilo, pues la eliminatoria que iba a ser la dura revancha por la final de Champions pasada, apunta a ser un mero trámite para los blancos.