Cavani sentencia a Koeman y Zidane: destino cerrado y adiós al deseo

Si por algo se está caracterizando esta temporada es por estar siendo la más extraña de la historia. Ya en el último curso las competiciones tuvieron que reanudarse tras un parón provocado por la COVID y eso parece que no ha sentado nada bien a muchos clubs, especialmente a los que tienen mayores aspiraciones.

No es normal que los mejores equipos del mundo, los que tienen más recursos económicos para reforzar sus plantillas, estén teniendo tantas dificultades este curso: Real Madrid, Barcelona, Bayern de Múnich, Manchester City, Liverpool, PSG y Juventus son algunos ejemplos de ello. Ninguno de estos equipos está haciendo valer su superioridad en los despachos y, por eso mismo, el próximo mercado invernal se ha postulado como una vía para tratar de revitalizar sus respectivas plantillas.

Pero en este elenco de clubs que no han comenzado nada bien la temporada hay uno que parece estar recobrando las buenas sensaciones: el Manchester United. Podríamos hacer referencia a varios elementos que están catapultando a los red devils a los primeros puestos de la tabla, pero hay dos que son muy evidentes: el sobrenatural estado de forma de Bruno Fernandes y la aportación de Edinson Cavani.

A pesar de que el delantero uruguayo llegó a Old Trafford sin haber jugador en el último año, está rindiendo a un nivel espectacular… ¡aunque está siendo suplente! Y prueba del extraordinario momento de forma que atraviesa (parece que tiene 25 años) es que renovará su contrato un año más con el conjunto británico, dejando de lado el resto de ofertas de gran calibre que le ha llegado en los últimos meses, incluida la del Real Madrid y la del Barça.

Y es que la realidad indica que Koeman y Zidane actualmente no tienen a su disposición a un rematador que afiance la parcela goleadora de una forma que satisfaga las necesidades de ambos equipos, y Cavani ha sido uno más de ese catálogo de futbolistas que ha sonado con fuerza para aterrizar en la última ventana veraniega, pero la intromisión del United en las negociaciones decantó la balanza -económicamente- hacia la Premier League: otro refuerzo frustrado más para la larga lista del holandés y del francés.