El Brighton llama a la promesa de 19 años para dar la patada a Ansu Fati y perjudica al FC Barcelona

Cuesta creer, a pesar de haber superado recientemente su última lesión muscular, que Ansu Fati pueda cosechar unos números lo suficientemente convincentes para que en Barcelona vuelvan a considerar al internacional español de 21 años un peso pesado del proyecto.

Ya Joan Laporta y Deco, con la total aprobación de Xavi Hernández, no dudaron en ceder a Ansu Fati el pasado verano al Brighton Hove Albion para poder contratar a João Félix de un modo similar y, mirando a que los planes del club pasan por intentar cerrar la incorporación definitiva del portugués, el canterano de La Masia dispondría de escasas opciones de permanecer en las filas culés.

En este sentido, la noticia vivida en Brighton no puede ser más negativa para el Barça. Ya hace unas horas atrás comentamos en Don Balón la poca predisposición de Roberto De Zerbi a seguir contando con Ansu Fati el próximo curso y a colación de esta postura del míster italiano el conjunto blanquiazul ha decidido mover ficha fijando su mirada en Ibrahim Osman.

El extremo ghanés 19 años que milita en el Nordsjaelland de la liga noruega está siendo, ya no solo el jugador más referencial de su equipo, sino uno de los jóvenes que apuntan más alto en el panorama europeo. Es cierto que sus números no son los más destacados, pero su capacidad para desbordar oponentes de forma continua y su poderío en espacios abiertos le convierten en un extremo realmente atractivo que De Zerbi pretende tener en sus filas, ya no solo para brindar a Kaoru Mitoma una competencia de nivel, sino para dejar claro que no quiere seguir disponiendo de Ansu Fati en su plantilla.

Problema para Joan Laporta

Todo esto deja claro que el Brighton no accederá a pagar la cifra exigida por el Barça para dar luz verde al traspaso del español, 30 millones, y en la Ciudad Condal tendrán en el regreso de Ansu un problema de gran envergadura ya que, si su estancia en el club ya dificultará el fichaje de João Félix, el jugador tampoco hallará, previsiblemente, pretendientes dispuestos a abonar esa cantidad por su fichaje.