El Chelsea no solo se la jugó a Al-Khelaïfi con Ziyech, también a Barça y la Serie A

Una de las sensaciones mundialistas estuvo en la agenda de Londres antes del cierre de mercado

El Chelsea no solo se la jugó a Al-Khelaïfi con Ziyech, también a Barça y la Serie A

A partir de que los petrodólares y demás fortunas han llegado al mundo del fútbol de élite, se ha impuesto una nueva máxima: el dinero puede cualquier frontera. ¿Incluso romper relaciones con otros equipos? Por supuesto, es lo que tiene la competencia despiadada, en este caso del mercado. 

Sobre esta premisa un tanto cainita se entiende el enfado de la Fiorentina y más remotamente del Barça con Todd Boehly y el Chelsea por su intento de tocar a la estrella Viola y objetivo culé en el pasado mercado de fichajes invernal, Sofyan Amrabat, el jugador que maravilló en el Mundial de Qatar, sobre todo por sus partidos ante la España de Luis Enrique y la Portugal de CR7. Y los blues, que en este aspecto de ha tratado de arramplar con todo, se han buscado enemigos en cada vértice de Europa, porque, por ejemplo, la situación por Hakim Ziyech todavía no está zanjada con Nasser Al-Khelaïfi en particular y con el PSG en general.

Boehly

Una llamada esclarecedora

Volviendo al jugador marroquí, pero el que juega en la Serie A y no el que está obligado a quedarse hasta junio en la Premier League, ha salido a la luz según The New York Times y por vía Talk Sport una conversación entre directivos de la Fiorentina y el mismo Boehly que retratan al mandatario de los ingleses. Al parecer el Chelsea trató de intentar lo de Amrabat a última hora, pero recibió un límite de dinero, a juicio del Chelsea, desproporcionado, para lo que el mandatario del equipo italiano le habría respondido a Boehly lo siguiente: “¿cómo se sentiría si algún otro club apareciera el último día de la ventana de transferencia y tratara de hacerse con uno de los activos más valiosos del Chelsea a bajo precio?”.

Según cuenta este medio, la llamada entre las dos partes terminó de forma fulgurante. 

Veremos si el Chelsea puede cambiar su cara en tiempo récord, si puede meterse en puestos de Liga de Campeones y si puede luchar por ganar la Champions League, porque el alto precio, más allá de lo puramente material, lo está pagando.