El nuevo Di María pasa de Old Trafford y el Bernabéu: crack de 18 años
El futbolista firma por el Wolverhampton y proyecta su crecimiento en la Premier
Uno de los grandes secretos del éxito en la actualidad del balompié, más allá de dar con la tecla en este u otro partido o tener la iluminación y la puntería de acertar en este u otro momento de un partido determinado, es conseguir elegir y fichar a los talentos del futuro. Pues bien, uno de ellos, al que llaman el nuevo Ángel Di María, ha elegido un equipo de segundo orden de la Premier League por delante de supuestas ofertas de Old Trafford y el Santiago Bernabéu.
Así lo afirma Express, que pone el nombre del Manchester United y el Real Madrid en la ruta de Darío Osorio, jugador chileno de 18 años al que vinculan por características con El Fideo, futbolista de la Juventus de Turín y curiosamente ex, entre otros, de los diablos rojos y el catorce veces campeón de Europa. Según el medio de comunicación británico no es el único club grande Europa que se habría quedado en el camino con respecto a Osorio en esta carrera, ya que en la Serie A también hubo ilustres interesados.
Por el contrario, Osorio jugará en el Wolverhampton, una entidad consolidada en la liga inglesa pero que ni mucho menos está a la altura económica y deportiva de los otros dos grandes mencionados, y lo hará por una cifra sugerente, 5,5 millones de libras esterlinas, unos 6 millones de euros. Cabe resaltar, además, que el futbolista chileno, pese a su juventud (cumplirá 19 años en enero) es ya internacional absoluto con Chile.
Perteneciente a Universidad de Chile, este jovencísimo jugador tiene una poderosísima zancada y una extrema habilidad en el uno contra uno. Zurdo cerrado, es capaz de ser muy certero en disparos desde media y larga distancia, tiene olfato y puntería de cara a gol y puede actuar tanto de volante como de extremo, cumpliendo especialmente en equipos verticales. Con una gran envergadura, 184 centímetros, y un desparpajo similar al de El Fideo, Osorio tiene pinta de crack mundial y, por esta vez, tendremos que mirar su evolución lejos de los grandes focos, algo que, seguramente, le permitirá desarrollarse con más tranquilidad.