El Tottenham, acorralado por la cláusula que no firmó José Mourinho

La temporada del Tottenham parecía mejorar en los últimos encuentros. Hasta el gol de rabona de Lamela todo se pintaba de un color nuevo para José Mourinho, pues habían logrado encadenar cinco victorias seguidas, pero todo se torció. El Arsenal remontó y, no solo perdieron el derbi de Londres, sino que después echaron por tierra el trabajo realizado en Europa League, donde habían conseguido una renta de dos goles contra el Dinamo de Zagreb. Dos duras derrotas que han roto a un equipo que podía aspirar a más esta temporada. Cualquiera diría que el técnico portugués debería estar sentenciado, pero hay un detalle que se ha dado a conocer recientemente que cambia completamente su situación y el futuro de la entidad. 

Daniel Levy tendrá que aguantar el chaparrón como pueda y resignarse a tener al ex míster del Real Madrid al frente de su banquillo. El 20 de noviembre de 2019 el mandatario británico convirtió al luso en uno de los entrenadores mejor pagados de la Premier League. Una cuantía millonaria, aproximadamente de 19 millones por año, y un total de cuatro años al mando de los de Londres. Confiaban plenamente en sus capacidades, y por eso no se cubrieron las espaldas, y así, el Tottenham cometió un error garrafal que ahora están pagando, y es que no incluyeron ningún tipo de cláusula en el contrato que facilitase el despido de su entrenador. 

Algo que, en un equipo tan grande como el de Kane y compañía, se hace incomprensible, sabiendo lo cambiante que es la situación para un equipo de tanta categoría al que se le exigen resultados inmediatos y evitar tamaños ridículos como el del otro día en la Europa League. 

Lo cierto es que si quieren despedir a Mourinho, la cifra que tendrían que abonar sería de unos 40 millones. Una suma que, en un tiempo en el que los ingresos han caído considerablemente por la pandemia, se hace inasumible para un equipo cuya máxima prioridad ahora es la retención de su estrella, Harry Kane. El portugués ha perdido totalmente la confianza de la afición, y para recuperarla tendrá una oportunidad de oro el 25 de abril en la final de la Carabao Cup, pero tendrá al peor rival posible, el Manchester City de Pep Guardiola.