Erling Haaland aprieta las tuercas a Kylian Mbappé: en el Santiago Bernabéu, la presión será máxima

Erling Haaland aprieta las tuercas a Kylian Mbappé: en el Santiago Bernabéu, la presión será máxima

Tras el hat-trick del noruego, el duelo goleador de ambos se decanta para el noruego

Pese a habernos acostumbrado a que son jugadores meridianamente diferentes, la realidad es que la rivalidad entre Erling Haaland y Kylian Mbappé siempre ha existido y siempre va a existir. En este sentido, siendo ambos, goleadores realmente voraces, la lucha para la Bota de Oro será una constante en sus carreras. Una lucha para la cual, con su hat-trick ante el Ipswich Town, el noruego se ha comenzado a desmarcar de los, por ahora, cero goles de Mbappé.

A la espera de su debut en el Santiago Bernabéu y de su primer gol en LaLiga, Kylian Mbappé ya sabe que parto con una importante ventaja que recortar en su carrera particular por la Bota de Oro. Y es que, tras quedarse en blanco en su debut liguero, en Chamartín ya hay ganas de ver el primer gol en esta edición de LaLiga, pues, pese a que ya vio portería en la Supercopa de Europa, los goles que importan realmente son los que sume en la competición doméstica. 

A más goles de Haaland, más presión a Mbappé

Pese a que todavía no hay ni una sola duda respecto de si el fichaje de Mbappé es, o no, una decisión acertada, si el galo se vuelve a quedar a cero en el duelo ante Valladolid, supondrá una auténtica oleada de presión para el de Bondy, que sabe que no se puede permitir otra noche en blanco y, mucho menos, quedarse ya, cuatro goles por detrás de un Erling Haaland, que no cesa en su voracidad goleadora con el Manchester City.

Por parte del noruego, ha comenzado la temporada de la mejor forma posible. A diferencia de la mayoría de sus compañeros y rivales, Haaland ha pasado un verano tranquilo y sin compromisos con la selección, algo que ha llevado a que llegue absolutamente fresco a este comienzo de campaña, donde ya suma cuatro goles en Premier League y en el que se ve que está más afilado que nunca. Un muy mal negocio para sus rivales, pues cuanto más fino esté el noruego, más complicado es evitar algo que ya parece inevitable, sus goles.