Hasta Casemiro y Di María se sorprenden con el cerrojazo del Real Madrid: ni preguntéis, 'no'

Los dos exjugadores del club español ya conocen la opinión del Madrid con su jugador

Hasta Casemiro y Di María se sorprenden con el cerrojazo del Real Madrid: ni preguntéis, 'no'

Durante los últimos días, en los estertores de este mercado de fichajes invernal algo descafeinado, se viene escuchando que varios equipos de enorme capacidad financiera y aspiraciones deportivas, como United, Arsenal o Chelsea, no solo preguntan sino quieren hacerse con un jugador del Real Madrid, y a diferencia de lo que ocurrió en su día con Casemiro o Ángel Di María, el cerrojazo blanco es rotundo.

RM

Patrimonio del club 

Que a más de uno -a muchísimos más, de hecho- les sorprenda que Eduardo Camavinga no sea titular indiscutible, más cuando quien le quita el puesto de cinco es su amigo y compatriota Aurelian Tchouameni, por debajo de él en prestaciones, no significa que el Real Madrid ni remotamente piense en venderlo. Es más, el club blanco ya ha dado la respuesta a sus pretendientes sin haber escuchado siquiera la oferta: no está en venta.

Di María

El mejor fichaje

Al margen del rendimiento que está dando Bellingham, ni siquiera el inglés puede compararse a la rentabilidad que está obteniendo el Madrid con Camavinga, un recurso que se sacó el club hace tres temporadas en uno de los múltiples desplantes del Kylian Mbappé al Madrid por solo 31 millones de euros, que hoy a triplicado su valor y lo hace con solo 21 años, es decir, poco menos que le corresponden las llaves del futuro del club.

El brasileño y el argentino, diferentes

Por tanto, muy diferente ha sido la respuesta del club español por Camavinga a la que en su día tuvo el club por Casemiro, al que finalmente vendió al United, y Di María, que también salió rumbo a Old Trafford. Curiosamente los dos ex defraudaron en el Teatro de los sueños, los dos salieron con tristeza de Madrid y curiosamente los red devils son uno de los equipos dispuestos a hacer una oferta por Camavinga, pero esta vez la cosa es diferente.