El Manchester United harto de De Gea quiere intercambiarlo por una leyenda
El español comienza a sentirse prescindible
Lo de los porteros españoles en la Premier ya empieza a ser un drama. Primero fue Kepa, que lleva un tiempo siendo discutido y por lo que parece saldrá sí o sí del Chelsea este verano. Ahora es David De Gea el que ha pasado de héroe en Manchester a villano. El portero español ha recibido siempre muchas críticas en España, pero muy pocas desde la ciudad donde reside desde hace 8 temporadas. Hasta ahora. En la afición de los diablos rojos y en la prensa de Inglaterra De Gea ha dejado de ser intocable. De hecho, muchos creen que el futuro del portero está lejos, muy lejos, de Old Trafford. Desde Inglaterra se habla de un trueque entre el club inglés y el Leicester. De Gea se iría al equipo que fue campeón hace 4 años y a la ciudad de Manchester llegaría el hijo de un mito del equipo rojo: Kasper Schmeichel.
Un portero maduro pero con mucho presente
El portero, canterano del Manchester City, club donde su padre colgó los guantes como profesional, lleva varios años a un nivel excelso. Ha sido elegido mejor portero de la Premier con razón y ha sostenido en muchas ocasiones al Leicester. Este año, exceptuando su fallo en el último partido contra el propio Manchester United, ha hecho una temporada de sobresaliente alto.
A sus 33 años tiene la experiencia suficiente para defender la portería de un equipo grande y la edad perfecta para vivir sus 4 últimos años de madurez defendiendo la portería de un histórico. En Manchester se fijan en el ejemplo de Edwin Van der Saar, que también llegó con 33 años al United, y fue uno de los mejores porteros de la historia del club inglés.
Por su parte De Gea debería aceptar irse a Leicester y cerrar un acuerdo económico con el club del norte de Inglaterra. Una operación complicada teniendo en cuenta el sueldo de De Gea y las pretensiones deportivas que puede tener.
Lo que está claro es que cada vez hay más informaciones sobre posibles destinos para el portero nacido en Madrid. Cuando el río suena, agua lleva y De Gea tiene un futuro poco esperanzador.