¡Pep Guardiola se la juega a Messi! Terrible última hora devastadora
Hay traición de las gordas a Leo
Pep Guardiola no tiene asegurada su continuidad en el Manchester City, como bien informaba Don Balón recientemente. Pese a su renovación, hace escasas semanas, lo cierto es que los resultados que han cosechado en estos primeros meses de la temporada son realmente malos e irregulares. Y han provocado que se rumoree y se especule acerca de la posibilidad de despedir al catalán, si no logra sacar esto para adelante, y hacer un buen papel en la Champions League, su gran objetivo.
A parte, el jeque no es nuevo en el mundo de los negocios, y sabe que para echarle tendría que pagarle un dineral en concepto de compensación. Además, su presencia acerca mucho más a un Leo Messi que acaba contrato con el Barça, y que está más fuera que dentro. Desde la Premier League no se olvidan de él, y volverán a intentar su llegada como ya lo hicieron el pasado verano, en el que hicieron varias ofertas en firme, que fueron rechazadas por Josep María Bartomeu.
El problema es que en el Etihad Stadium antes tenían muy clara su contratación, al precio que fuera, sin importar las cifras. Pero ahora, han salido muchas dudas, después de ver el irregular desempeño de un astro que, no recordemos, ya tiene 33 años. Muchos ya vaticinan un declive deportivo, del que no hay escapatoria, y que es lógico, tras más de 15 años de carrera. A parte, su fichaje saldría por un ojo de la cara, en concepto de sueldo, primas, comisiones…
En el City ya no las tienen todas consigo, y a parte deberían de competir con otro gigante como el Paris Saint-Germain, como se ha interesado. Y la economía también les ha afectado, debido a la crisis que ha originado el coronavirus, por lo que, si deciden fichar al seis veces ganador del Balón de Oro, deberían de renunciar a hacer más operaciones. Guardiola, por lo tanto, no podría reforzar el resto del equipo, y hay posiciones que lo necesitan urgentemente.
Así ha quedado reflejado en los irregulares resultados que han obtenido. La zaga, el delantero centro, e, incluso, la portería, piden a gritos nuevos inquilinos.
Messi tiene problemas.