Tuchel y Abramóvich, problema real con Romelu Lukaku y el mercado
El Chelsea sondea la posibilidad de lanzarse a por otro nueve, pero el belga presenta una complicada perspectiva
La intermitencia no es un asunto que guste a una estrella del tamaño de Romelu Lukaku pero esa es la situación a la que le ha abocado por el momento su entrenador, Thomas Tuchel, que incluso se permite el lujo de ser explícito en sus gestos (sucedió en la Liga de Campeones) al respecto al ser preguntado por el jugador. Basta saber que el germano prefiere ahora mismo a Kai Havertz y que el nueve venido por más de 110 millones de euros (113 oficiales) en verano procedente del Inter de Milan puede tener la puerta abierta a una salida en junio.
Seguramente el entrenador alemán cambiaría con los ojos cerrados a Lukaku por Erling Haaland, que tiene obsesionado a más de uno en el viejo continente, incluido Roman Abramóvich, pero la situación de su delantero centro estrella es más compleja. Costó una cantidad a la que difícilmente nadie se asomará en el próximo mercado de fichajes; luego, de dejarlo ir, aún teniendo un comprador, sería por una oferta a la baja.
Por otro lado, su sueldo y su rendimiento no están yendo de la mano, como tampoco hay buena sintonía entre el club y el jugador, como pudo verse en las declaraciones del ariete respecto a su poca felicidad en el club inglés o en las suplencias del crack, como la última ante el Lille de la Champions League. Dicho de otra forma, el Chelsea en general y Roman Abramóvich en particular se han dado cuenta que la apuesta por Lukaku para tapar la decepción por Haaland les ha salido rana.
¿Y ahora, qué hacer? Como decimos, el Chelsea, si quiere cambiar de cromos y quitarse de encima al internacional con Roberto Martínez deberá estar abierto a perder mucho dinero con respecto a la inversión realizada hace menos de un año. Asimismo, hay quien apunta que si bien Lukaku señaló que no era feliz, también es cierto que no renunciará a su contrato ni por cualquier club ni a cualquier precio; es decir, la vinculación es fuerte. En cualquier caso, nadie oculta, ni el jugador ni los blues, que el matrimonio es de conveniencia en Londres, como reflejan sus 10 goles en 28 partidos.
