Uno de los clubes históricos de la Premier, en peligro por el COVID-19

El Arsenal, uno de los equipos históricos con mayor número de fans a lo largo y ancho del planeta Tierra, está sufriendo los estragos de la crisis económica mundial como el que más. Las cuentas de la pasada temporada no dejan lugar a las dudas: 55 millones de euros de perdidas en el ejercicio de la 19/20 con respecto a la temporada anterior, la 18/19, la última completa sin pandemia.

Esto ha supuesto un incremento del 76% de las pérdidas en la pasada temporada, donde la mayor parte se ha registrado en los ingresos de televisión, al no haberse clasificado para la Europa League, y de lo que se ingresa los días de partido. La situación ha llegado a tales límites que el pasado mes de octubre el club puso en marcha un plan de reducción salarial de todos los trabajadores, futbolistas incluidos, con el que han ahorrado algo más de 22 millones de euros.

De hecho, fue a finales del 2020 cuando todo un gigante como es el club del norte de Londres se vio obligado a despedir a su mascota, Gunnersaurus, ya que no tenía sentido seguir manteniendo un puesto de trabajo que carecía de funciones en un fútbol a puerta cerrada.

Como el 2021 no está siendo tampoco un año donde la normalidad haya llegado por completo, el club se vio obligado a pedir un crédito de 120 millones de libras al Banco de Inglaterra con el objetivo de aliviar la presión sobre sus finanzas pero con un plazo de devolución muy claro y marcado: mayo de 2021. Si el Arsenal, una vez llegado el momento de devolver la cantidad no puede hacer frente a los pagos, se verá en una situación muy controvertida, pues podría incluso decretarse su desaparición o, en el mejor de los casos, varios descensos de categoría como sanción por los impagos en cuestión.

Para poner un punto de tranquilidad a todo esto, el dueño ‘gunner’, Stan Kroenke, ha salido al paso con unas declaraciones en las que ha afirmado que su compromiso para con el club es inquebrantable y que saldrán de la actual crisis como sea.