Bellingham no tiene ningún trato con Mbappé
La relación entre Bellingham y Mbappé está cada vez más deteriorada
El gesto de Jude Bellingham visiblemente enfadado después de que Kylian Mbappé no le pasara el balón no ha tardado en hacerse viral en las redes sociales. Y es solo una pequeña muestra de la sensación que tiene Bellingham de que la llegada de Mbappé, lejos de convertir al Real Madrid en un equipo más fuerte, no ha hecho más que generar problemas.
Y es que el centrocampista inglés está muy molesto por la llegada de Mbappé al Real Madrid, un fichaje que considera del todo inecesario y que ha empeorado un equipo que acaba de ganar la Liga española y la Champions League.
La llegada de Mbappé ha perjudicado a Bellingham
Bellingham es uno de los principales perjudicados, como se ha podido ver en el inicio de temporada. La llegada de Mbappé suposo el paso del 4-4-2 en rombo, con el inglés de mediapunta marcando goles sin parar, a un 4-3-3, obligando a Bellingham a retrasar su posición. Alejado del área y con un jugador más sin presionar ni defender, el inglés se convirtió en un futbolista del montón, obligado a correr mucho más que antes, a hacer un trabajo gris.
No ha sido hasta las lesiones de Rodrygo, primero, y de Vinícius, después, cuando Ancelotti se vio obligado a volver al 4-4-2, un oasis para Bellingham, que casualmente ha vuelto a ver portería con una facilidad espectacular. El inglés, pues, no ha hecho más que confirmar sus sospechas de que la llegada de Mbappé le había perjudicado.
Lucha de egos en el Real Madrid
A todo ello se añade el tema de liderazgos. A pesar de que Vinícius es una estrella, el brasileño no tardó en entender su rol y de dejar vía libre para que Bellingham asumiera una parte del liderazgo del equipo. Mbappé, sin embargo, ha llegado para mandar, tanto en su ficha, elevadísima, como en su rol dentro del vestuario. Y lo demuestra en cada partido, cuando prueba jugadas individuales imposibles que terminan en nada, como la famosa en la que Bellingham mostraba su descontento.
La gota definitiva se ha visto en los lanzamientos de penalti, con los errores de Mbappé en Liverpool y en Bilbao. Bellingham, por su parte, no falló su ejecución, que además realizó con maestría. Solo fue una pequeña demostración para Mbappé.