Arde Milán con dos cracks contra Conte: Florentino y Laporta al loro

La situación del Inter de Milan, diga lo que diga la clasificación de la Serie A (donde son segundos a un punto del AC Milan), es crítica en su vestuario, al menos con algunos jugadores, que se ha propuesto dinamitar la dinámica interna del grupo que comanda Antonio Conte ante las pocas posibilidades de jugar que les ha dado el míster transalpino. Y ojo porque al menos uno de ellos puede ser la bomba de las elecciones del Barça o un refuerzo de última hora de Florentino Pérez para el Madrid.

Ni una cosa ni la otra son sencillas, pero dígase algo de Christian Eriksen: encajaría en la entidad blaugrana o en la merengue a las mil maravillas. Y hay otro jugador nerazzurro, Radja Nainggolan, que ha sembrado la discordia con Conte, sin embargo su caso es menos doliente ya que ha conseguido salir rumbo al Cagliari, donde jugará hasta el final de temporada. No obstante, el futbolista se ha despachado a gusto, como hiciera el danés tras un paso por su Selección, donde señaló que allí sí era feliz, porque jugaba.

Como decimos, el belga ha dicho a su llegada a Cerdeña a la pregunta de los periodistas que "estoy feliz de estar aquí, quiero redescubrir la alegría de jugar al fútbol que me quitaron en esta primera parte del año”. E imaginamos que el sentir del de Amberes es parejo al ex del Tottenham, que ya presiona para salir en este mismo mercado invernal.

En este sentido, a Erisksen no le faltan novias, ni ganas al Inter de colocarle en algún equipo. Y así como suena la posibilidad de firmar con el Manchester United (club al que llegaría, según se afirma en Inglaterra, como cambio por Van Dijk) o el Paris Saint-Germain, si Pochettino firma por los galos; el Barça también podría llevárselo a bajo coste, como promesa electoral, e incluso el Real Madrid, que busca la salida de varios jugadores, léase el caso de Isco Alarcón o el mismo Mariano Díaz, y podría introducir sus nombres en un hipotético cambio de cromos que desea a toda costa Eriksen. Ambos, Nainggolan y el danés comparten animadversión por un entrenador que les ha hecho la vida imposible y los dos podrían salir en enero.