¡Bluff! De ser el fichaje del verano a ser el mayor fracaso de la temporada

El jugador soñaba con jugar en el Barça y ahora todo son lamentos

¡Bluff! De ser el fichaje del verano a ser el mayor fracaso de la temporada

Hay fichajes que apuntan alto y que después resultan ser un bluff de categoría. Un fiasco. Y luego hay otros de los que no se esperaba gran cosa y terminan por ser los fichajes de la temporada. Es el caso por ejemplo este último de Julio Baptista. Cuando le fichó Monchi para el Sevilla nadie esperaba que el jugador que apoderaban “La Bestia” diera un rendimiento tan bueno como el que dio. Acabó fichando por el Real Madrid. En el equipo blanco quizás sí fue un poco bluff. Demasiado presión.

Hay otros que directamente pueden catalogarse como los jugadores más decepcionantes” de la historia. En el top 3 estaría sin duda Kaka. El brasileño llegó al Real Madrid en 2009 con la vitola de ser uno de los mejores jugadores del mundo. Pero nunca dio el rendimiento deseado. Nunca dio rendimiento de hecho. Las lesiones, la mala adaptación a Madrid…volvió al Milán por la puerta de atrás y dejando uno de los peores sabores de boca que se recuerdan en el Bernabéu.

Este año el Barcelona se empeñó en dos jugadores. Uno que ya tenía fichado, al francés Griezmann. El ex de la Real Sociedad aún está decidiendo si va a ser bluff o va ser crack. En sus botas está. De momento apunta más a lo primero.

El otro jugador que quería sí o sí Ernesto Valverde era Matthijs de Ligt. El holandés parecía tener todo hecho para ir al Barcelona con su amigo Frenkie de Jong, pero finalmente su agente y la Juventus se metieron de por medio. Una conversación con Cristiano Ronaldo también ayudó y el jugador acabó marchándose a Italia, previo pago de 75 millones.

Allí el jugador no ha empezado bien. Un fallo que costó un gol contra el Nápoles y un penalti contra el Inter. Llueven las críticas y él no se esconde. “ No estoy jugando bien, en el Ajax me sentía invencible y aquí no”. El jugador es sincero y reconoce su mal estado de forma. Sin embargo está convencido de que revertirá la situación.

En Barcelona esperan que no lo haga. Al  menos podrán decir que, sin querer, han acertado en algo.