¡Se viene la guerra! De declarar su amor al eterno rival a entrenarles

La afición no le quiere ver ni en pintura y no quiere ni verle

¡Se viene la guerra! De declarar su amor al eterno rival a entrenarles

Pasa muchas veces. Dices unas palabras y luego por arte de magia las palabras se vuelven en tu contra con el tiempo. Es como un boomerang. Al final somos presos de nuestras palabras. Le pasó por ejemplo a Luis Figo cuando era jugador del Fútbol Club Barcelona y fue a celebrar un el título de liga con su afición. De aquellas Mourinho también era culé.

El extremo portugués se acordó del eterno rival, no de buenas maneras, algo así como “ Madrid, cabra masculina, saluda al campeón”. Estuvo feo. Pero la alegría, la euforia y alguna bebida subida de grados hicieron que Luis Figo se dejará llevar por sus instintos más animales. La afición del Barcelona coreo su nombre y le tildaron de ídolo. Un año después Luis Figo fichó por el Real Madrid. No hace falta decir más. Lo que quiere Florentino Pérez, Florentino Pérez lo consigue.

En el caso de los entrenadores hemos vivido este año el caso de Mauricio Sarri que después de decir que el Nápoles sería para siempre el club de sus amores. A los dos años está entrenando a la Juventus de Turín. El máximo rival napolitano. Sarri ha sido tildado de traidor.

Hoy ha sido el Milán quien ha hecho oficial la contratación de Stefano Pioli. El entrenador llega para intentar reflotar a un Milán herido de muerte desde hace ya varias temporadas. Además, tiene un pasado que no gusta nada a la afición milanista: fue entrenador del Inter hace tres temporadas y se declaró interista desde niño.

Eso evidentemente no ha sentado bien a la afición del Milán. Ya han hecho un hastag #PioliOut donde resumen su malestar y muestran su disconformidad con la contratación del ex entrenador de la Fiorentina, entre otros.

Pioli aún no ha hecho declaraciones, pero desde luego no es la mejor forma de empezar en un lugar un nuevo trabajo, con el público que es quien te va a juzgar completamente en desacuerdo y en tu contra. Seguro que hoy mide más sus palabras que hace tres años. Habrá aprendido del error. A otros les cuesta mucho más hacerlo.