Alberto de Mónaco mantiene, en secreto, una adicción a las drogas peor que la de Charlene de Mónaco

Los problemas con el alcohol son algo que Alberto de Mónaco lleva años arrastrando

Alberto de Mónaco mantiene, en secreto, una adicción a las drogas peor que la de Charlene de Mónaco

El estado de salud y físico hace años que no es el óptimo para Alberto II de Mónaco. El Príncipe monegasco siempre ha presentado unos graves problemas de sobrepeso, los cuales llevan tiempo poniendo en grave peligro su bienestar en cuanto a su salud. Sin embargo, se ha descubierto que dichos problemas con el peso no solamente le vienen por culpa de las comidas copiosas, sino que también tienen otro origen.

En este sentido, como han desvelado desde Mónaco, Alberto II hace muchos años que disfruta demasiado de la bebida. Es decir, que los problemas con el alcohol llevan mucho tiempo afectando a su vida. Una situación que algunos han llegado a considerar de alto riesgo, ya que no son pocas las veces en las que el Príncipe Alberto se ha pasado con el whisky o el vino, sus dos bebidas favoritas.

Miles de euros gastados en alcohol

Como ya era de esperar, Alberto de Mónaco está acostumbrado a beber solamente los mejores licores del planeta. De este modo, se habla de miles e incluso de millones de euros desperdiciados en el peor vicio de Alberto, el whisky, por el que ha llegado a pagar varios miles de euros para hacerse con las botellas más exclusivas del mundo, de las cuales bebe diariamente, evidenciando un grave problema con el control sobre el alcohol.

Alberto de Monaco

Por otro lado, los problemas no solo vienen por las ingentes cantidades de dinero que Alberto llega a gastar en alcohol, sino en los problemas de salud que acarrea su adicción a la droga que más vidas se lleva por delante. Y es que, cada vez hay más temor de que ese alcoholismo provoque algún susto importante a la Casa Real de Mónaco.

Charlene y Alberto, un matrimonio de adicciones

La realidad es que si hay algo que caracteriza al matrimonio entre Alberto y Charlene, son las adicciones. Y es que, mientras que, como os comentamos el Príncipe sufre de falta de control con la bebida, Charlene lleva varios años enganchada al consumo de fármacos como ansiolíticos y somníferos. Un auténtico drama familiar para los Grimaldi.

Así pues, el alcoholismo de Alberto II suma un nuevo y grave problema a la lista de dolores de cabeza de la Casa Real de Mónaco, donde parece que no gana para disgustos, ya que, si no es por la preocupación por el sobrepeso, ahora es por el consumo excesivo de vino y whisky, algo realmente preocupante si se junta al exceso de peso.