Carla Vigo tiene asignadas una pensión de de Casa Real desde hace 17 años

La sobrina de la reina Letizia ha llevado una vida discreta marcada por la tragedia y los desafíos personales

Carla Vigo tiene asignadas una pensión de de Casa Real desde hace 17 años

Carla Vigo, sobrina de la reina Letizia, ha vivido una historia marcada por la tragedia desde muy pequeña. Tenía apenas seis años cuando su madre, Erika Ortiz, se quitó la vida en el apartamento que ambas compartían. Erika, hermana de Letizia, dejó todo preparado: a Carla la dejó con una vecina antes de ingerir un bote de barbitúricos. La escena fue descubierta al día siguiente por su pareja. Desde entonces, Carla quedó al cuidado de su padre, Antonio Vigo, aunque no estuvo sola: los abuelos maternos, Jesús Ortiz y Paloma Rocasolano, jugaron un papel fundamental en su crianza, convirtiéndose prácticamente en unos segundos padres.

A pesar de las circunstancias, Carla nunca ha carecido de recursos para vivir, aunque su situación emocional y profesional ha sido inestable. A lo largo de los años, ha buscado su camino en el mundo artístico, especialmente en la danza, participando incluso en proyectos con Rafael Amargo. Sin embargo, la cancelación de varios de estos espectáculos por problemas judiciales del bailaor dejó a Carla en una situación económica frágil.

Paloma Rocasolano y Carla Vigo

Una ayuda silenciosa y un acuerdo de discreción

Aunque oficialmente Carla recibe una pensión de orfandad de apenas 400 euros, lo cierto es que ha podido mantener un estilo de vida que no concuerda con esos ingresos. Vive en un piso tutelado que cuesta alrededor de 1.500 euros mensuales, lleva complementos de lujo y, en ocasiones, ha ayudado económicamente a su pareja. Todo esto ha alimentado los rumores de que Letizia, en cumplimiento de la promesa que le hizo a su hermana Erika, le ha proporcionado una pensión económica desde hace más de 17 años.

Este apoyo no sería institucional ni público, sino una ayuda gestionada de manera privada desde la Casa Real, bajo estrictas condiciones de confidencialidad. Carla, por su parte, evita hablar sobre su tía o la familia real. Siempre ha mantenido un perfil prudente cuando se le pregunta por ellas, consciente de que cualquier comentario podría afectar el equilibrio de este acuerdo no oficial.

Con la pensión de orfandad próxima a finalizar cuando cumpla 25 años, la incógnita sobre su futuro económico crece. De momento, la sobrina de la reina parece seguir contando con un respaldo silencioso que, aunque nunca se haya confirmado públicamente, todos dan por hecho.