Carolina de Mónaco recomendó al Príncipe Alberto, que rompiera su relación con Charlene
El matrimonio entre Alberto de Mónaco y Charlene ha sido un desastre total

A nadie se le escapa que si de entre todas las monarquías europeas, hay que elegir el matrimonio peor avenido de todos, la elección del que forman Alberto de Mónaco y Charlene sería uno de los más elegidos por todo el mundo. En este sentido, desde que en 2011 Charlene dio, de forma extremadamente seria, el sí quiero para confirmar su matrimonio con Alberto II, la sudafricana firmó una especie de sentencia de muerte. Y es que desde ese momento, Charlene no ha sido capaz de recuperar la sonrisa. La Princesa de Mónaco se ha visto sumida en una vida sin ilusión y en la que solamente está sufriendo.
Ante esta situación, no han sido pocas las especulaciones que han circulado sobre una posible ruptura entre los Príncipes de Mónaco, los cuales hace años que optaron por cesar la convivencia y por llevar vidas totalmente separadas. Una decisión que nunca acabó de entender la hermana mayor del Príncipe Alberto, Carolina de Mónaco.
La hija mayor del Príncipe Rainiero siempre fue contraria a la idea de que Alberto se casara con Charlene y, según fuentes cercanas, presión con fuerza para convencer a su hermano de que no era buena idea el aceptar a la sudafricana como su legítima esposa. Una idea que con el tiempo ha demostrado ser más que acertada. Pues, en ese matrimonio lo último que hay es amor y buena sintonía.
Carolina buscan algo más con sus presiones
La realidad es que la gran obsesión de Carolina de Mónaco siempre ha sido la posición de Princesa. La hija mayor de Rainiero siempre consideró que debía ser ella la elegida para suceder a su padre en lo más alto de la Casa Real de Mónaco. Sin embargo, la presencia de un hijo varón hizo que nunca tuviera opciones de alcanzar ese sueño. Es por este motivo que la única baza de Carolina para tocar el poder, era que su hermano nunca tuviera descendencia y que fuera su hijo, Andrea Casiraghi, el encargado de llegar, algún día, a la posición de Príncipe de Mónaco.
Pero por culpa del matrimonio forzado de Alberto II y Charlene, todo ese plan orquestado por Carolina de Mónaco acabó en nada. Pues, los actuales Príncipes acabaron teniendo dos hijos que aseguran la sucesión de Alberto en el principado monegasco.