Charlene de Mónaco arrastra graves secuelas físicas por culpa de sus adicciones
La Princesa de Mónaco no es capaz de dormir bien

El matrimonio entre Charlene de Mónaco y el Príncipe Alberto ha hecho más daño que bien en la sudafricana. La actual Princesa monegasca ha visto como las constantes infidelidades por parte de su marido acabaron haciendo mucho daño a la salud psicológica de una Charlene que ha acabado sufriendo una grave y preocupante adicción a los fármacos. Lo que la llevó a abusar de los ansiolíticos y somníferos de forma diaria. Un problema que no solo ha hecho mella en la salud mental de la esposa de Alberto II, sino que también ha dejado graves secuelas a nivel físico.
Charlene ha tenido que ver como el Príncipe Alberto no le guardaba ningún tipo de respeto y se acostaba con mil y una mujeres diferentes estando casado con ella. Una situación especialmente desgastante que ha destruido la estabilidad psicológica de la Princesa de Mónaco, a la que podemos ver visiblemente deteriorada cada vez que aparece en público y es captada por las cámaras.
Los médicos tratan de reconducir la vida de Charlene
La realidad es que, tal y como aseguran fuentes cercanas a la Casa Real de Mónaco, el estado de salud de Charlene ha comenzado a empeorar drásticamente por culpa de la falta de calidad de su sueño. Pues, por culpa de su adicción a los fármacos, la esposa de Alberto II es incapaz de conciliar el sueño con un mínimo de calidad y facilidad sin tener que abusar de los medicamentos para poder dormir.
Esta situación ha acabado provocando que Charlene haya pasado meses enteros sin la capacidad de dormir de forma continua durante ocho horas. Un problema realmente importante que ha hecho que la esposa de Alberto II haya sufrido un prolongado deterioro a nivel físico, que ha hecho que se la vea sensiblemente envejecida y con mucha menos vitalidad cada vez que aparece de forma pública.
Así pues, por culpa del abuso continuado de los fármacos como los ansiolíticos y los somníferos, Charlene de Mónaco ha comenzado a sufrir graves secuelas físicas derivadas de la falta de sueño de calidad como consecuencia de una adicción provocada por los problemas que ha tenido a lo largo de su vida matrimonial con el Príncipe Alberto de Mónaco.