El CNI ha realizado operaciones en Rumanía para recuperar grabaciones de Juan Carlos I

El Rey Juan Carlos I siempre tuvo amistades y relaciones de lo más variopintas. El emérito nunca se negaba a mantener una relación de cercanía y cordialidad con nadie, si eso conllevaba que tuviera algún tipo de beneficio. En este sentido, uno de sus amigos más controvertidos, siempre fue Nicolás Ceaucescu, el que fuera dictador de Rumanía, gracias al cual llegó a satisfacer su gran gusto por las mujeres, durante muchos años en Rumanía, donde sus visitas eran habituales, a pesar de ser un régimen opuesto al de España, liderado por el comunismo.

En este sentido, a pesar de que entre Ceaucescu y Juan Carlos I siempre hubo una buena relación, la realidad es que el dictador rumano tenía por costumbre, grabar a todo aquel que se le acercara. Fuera más o menos amigo, Ceaucescu siempre escondía cámaras para filmar a sus invitados. Una situación que nunca preocupó a Juan Carlos hasta que cayó el régimen de Ceaucescu, momento en el cual llamó a la acción al CNI, donde pusieron en marcha un operativo para encontrar y eliminar todas las grabaciones de Juan Carlos I en Rumanía.

Unos vídeos que preocupaban mucho al emérito

Ante esta delicada situación, se ha filtrado que los vídeos en los que Juan Carlos I aparecía eran de índole erótica en los que aparecía acompañado de una gran cantidad de mujeres. Y es que, Ceaucescu ponía a disposición del emérito un largo abanico de mujeres, con las que Juan Carlos se fue acostando de forma sistemática mientras el dictador lo grababa de forma secreta.

Tan delicadas eran dichas grabaciones, que, una vez caído el régimen de Ceaucescu que rápidamente se puso en marcha un operativo de cuatro agentes del CNI para evitar que dichos vídeos llegara a salir a la luz. Un objetivo que acabaron logrando, ya que dichas cintas ya no existen hoy en día.

Las mujeres, la perdición de Juan Carlos I

Si hay algo que hizo daño al régimen del emérito, fue su desmedido gusto por las mujeres. Juan Carlos era incapaz de contener sus instintos ante una mujer de su agrado. Hecho que le sirvió para ganarse el adjetivo de “depredador sexual”. Una situación que ha provocado demasiados problemas al Rey emérito.