El equipo médico de Zarzuela ayudó a Letizia a impedir el nacimiento de su tercer hijo con Felipe VI

El matrimonio entre Letizia y Felipe VI nunca ha estado libre de sospechas de infidelidad por todos lados. De hecho, desde el comienzo de la relación entre los actuales Reyes de España hay serias dudas sobre la soltería de una Letizia que no acabó de dejar de lado a otros hombres, hasta que Felipe le propuso formalizar la relación mediante el matrimonio y así, hacerlo todo público. Lo que provocó que, de un día para otro la Reina Letizia rompiera por completo su vínculo con un Jaime del Burgo, con el que se habría visto en ocasiones posteriores.

De este modo, a raíz del matrimonio de Felipe y Letizia nacieron Leonor y Sofía. Siendo la mayor, la heredera al trono, una vez su padre, deje de ejercer como Rey de España. Sin embargo, la realidad es que Felipe VI siempre había tenido la ilusión de tener tres hijos con Letizia. Una ilusión que le venía de los recuerdos de su infancia, con sus dos hermanas, Elena y Cristina. Sin embargo, toda esa ilusión, rápidamente se vino abajo.

Y es que, a raíz de la supuesta infidelidad por parte de Letizia con Jaime del Burgo, Felipe VI no tuvo ni la más mínima intención de mantener una relación de pareja real con su esposa. Pues, su relación, a partir de ese momento, quedó tocada de muerte. 

Tras el nacimiento de Sofía, Letizia evitó sustos

Ante la ruptura de la convivencia con Felipe VI, la Reina Letizia acabó tomando la decisión de evitar cualquier tipo de susto inesperado y pidió al equipo médico de Zarzuela, que le ligaran las trompas para no volver a tener hijos. Y es que, sabiendo que ya había cumplido al dar a luz a sus dos hijas, Letizia no quiso asumir el riesgo de volver a quedarse embarazada y decidió cortar por lo sano.

La decisión de Letizia no fue la que más gustó a Felipe VI que, si ya tenía poca confianza en su esposa, el hecho de ver como se sometía a un proceso para evitar tener hijos, provocó que todavía perdiera más confianza. Pues, consideró que ese gesto era una clara demostración de intenciones por parte de Letizia, que se iba a seguir viendo con otros hombres a espaldas de su marido.