Irene Urdangarin es un problema en Londres, acumula amonestaciones, se está jugando la expulsión
El comportamiento de la hija de la infanta Cristina en la universidad ha generado preocupación y tensiones en su entorno.
Irene Urdangarin no vive su periodo más fructífero en Londres. La hija más joven de la infanta Cristina, que recientemente comenzó su formación en un programa de atención al público en la reconocida Universidad de Oxford, ha empezado a sobresalir, pero no necesariamente por su desempeño o compromiso.
De acuerdo con fuentes próximas a su ambiente académico, Irene ha acumulado amonestaciones por su incumplimiento constante de las reglas del centro, lo que ha amenazado su permanencia en la institución. Uno de los desafíos más sobresalientes es su ausencia de disciplina en relación a los horarios. Irene, que desde su llegada ha demostrado desmotivación, ha faltado a múltiples clases sin razón válida y, en ocasiones, ha llegado tarde, alterando el ritmo normal de las clases.
Este comportamiento ha sido destacado por docentes y colegas, quienes piensan que su comportamiento evidencia una ausencia de dedicación hacia el programa educativo. La acumulación de faltas y demoras no ha sido ignorada, y el consejo académico de la universidad ya ha señalado que si este comportamiento persiste, se implementarán acciones más rigurosas.
Reuniones sociales y descontrol en la residencia
A las dificultades de puntualidad y asistencia se añade una conducta fuera de las aulas que ha empezado a provocar disputas en su residencia universitaria. Irene, que comparte hospedaje con otros alumnos, ha sido sancionada por ingresar a individuos foráneos a la universidad en momentos no autorizados, violando las reglas de convivencia dictadas por la institución.
Fuentes internas sostienen que las reuniones sociales coordinadas por la sobrina del rey Felipe VI se han vuelto una rutina, causando reclamos entre sus vecinos debido al ruido y el caos que estas generan. El caos en la residencia ha situado a Irene en el foco de atención de las autoridades de la universidad.
Las normas rigurosas de Oxford, reconocidas por su determinación en asuntos disciplinarios, no admiten tales circunstancias, por lo que cualquier faltante se castiga con amonestaciones que pueden resultar en castigos más severos, incluso la expulsión. La joven ya ha sido objeto de múltiples alertas oficiales, lo que ha empezado a generar graves inquietudes en su madre, la infanta Cristina.
La presión mediática y un futuro incierto
La conducta de Irene Urdangarin en Londres no solo ha captado el interés de las autoridades universitarias, sino también de los medios de comunicación internacionales. Su origen y lugar en la familia real española la sitúan en el núcleo de la opinión pública, lo que magnifica cualquier error o conducta dudosa. Esta presión mediática podría estar afectando la ausencia de motivación y enfoque de la joven, quien ya experimentó situaciones parecidas durante su periodo académico en Ginebra.
Es palpable la inquietud de la infanta Cristina, dado que la expulsión de su hija representaría un nuevo foco de controversia para la familia, que ha procurado en años recientes mantener un perfil bajo después de las polémicas vinculadas a Iñaki Urdangarin. Actualmente, la permanencia de Irene en la universidad se basa en su habilidad para orientar la dirección y ajustarse a las demandas académicas y reglamentarias de la institución.