Irene Urdangarin no quiso sentarse en la misma mesa que los hijos de Ainhoa Armentia

El largo y tedioso proceso de divorcio por el que pasaron Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina sirvió para que el que fuera Duque de Palma no tuviera ni que plantearse la posibilidad de volver a trabajar en su vida. Y es que gracias a la millonada que sacó de los Borbón, tanto Iñaki como Ainhoa Armentia saben que van a poder vivir a todo lujo por el resto de su vida. Sin embargo, ese divorcio ha hecho que Urdangarin pierda algo todavía más valioso que el dinero. El amor de su hija Irene, la cual no quiere ni ver a su padre.

Según han apuntado fuentes cercanas a la familia Urdangarin, Irene quedó profundamente afectada por el enfrentamiento entre sus padres. Lo que la llevó a desarrollarn un profundo odio hacia Ainhoa Armentia a la que ha culpado de todos los males que han afectado a su familia. Y es que Irene considera que si no fuera por la novia de su padre, todo seguiría en su lugar.

Irene no quiere ni ver a Ainhoa Armentia

Ante esta situación, tal y como hemos podido saber, la hija de Iñaki Urdangarin se ha plantado y no pondrá facilidad alguna para que su padre y Ainhoa Armentia lleven una vida normal de pareja. Ya ha rechazado pasar las vacaciones de Semana Santa con ellos y ha llegado a levantrse de la mesa de un restaurante para evitar estar junto a Ainhoa Armentia a la que no puede ni ver.

Una situación muy similar sucedió en la noche de Navidad, cuando Irene Urdangarin montó un auténtico numerito para dejar en mal lugar a la pareja de Iñaki Urdangarin. Con la que mantiene una relación absolutamente pésima. Lo que también ha estado afectando al trato entre Iñaki Urdangarin e Irene, que no pueden pasar tiempo juntos como desearía el que fuera Duque de Palma.

Así pues, lejos de cumplir su deseo de pider formar una nueva familia junto a Ainhoa Armentia y sus cuatro hijos, Iñaki Urdangarin ha visto como la animadversión entre su hija menor y su novia ha provocado una ruptura casi insalvable en el seno familar.