Jaime de Marichalar tiene prohibido contar lo que pasó con la infanta Elena en Nueva York
Si Jaime de Marichalar habla, puede dejar por los suelos la imagen de la infanta Elena

A diferencia de Iñaki Urdangarin, Jaime de Marichalar nunca ha puesto en riesgo la estabilidad de la Casa Real española. El que fuera marido de la infanta Elena protagonizó un divorcio más sonado por el hecho de ser el primero que salpicaba a Zarzuela, que por cualquier mala intención por parte del que fuera Duque de Lugo. En este sentido, Jaime de Marichalar nunca ha tenido la más mínima intención de sacar ningún beneficio de todos los secretos que guarda de su paso por la vida de la infanta Elena.
Según han revelado personas cercanas a Jaime de Marichalar, estas informaciones tendrían la capacidad para dejar muy mermada la imagen de la infanta Elena y de varios miembros de Zarzuela. Y es que, en el caso de la hija mayor de Juan Carlos I, si Jaime de Marichalar hablara, podría acabar de una vez por todas con esa sensación de que Elena es una mujer serena y con las ideas claras.
Marichalar no guarda buen recuerdo de los Borbón
Tanto es así que, según hemos podido saber, en Zarzuela tenían pánico de que Marichalar se dedicara a revelar todos los secretos que se han ido escondiendo. Fue por este motivo que Juan Carlos I obligó al que fuera Duque de Lugo a firmar una cláusula, en su acuerdo de divorcio, en la que se comprometía a no hablar mal de Zarzuela ni revelar ningún secreto de Elena ni de ningún otro Borbón. Un buen ejemplo de ello fue el episodio en Nuevo York, donde la hija de Juan Carlos I fue cazada siendo infiel a su marido, con un empresario de la Gran Manzana. Todo ello mientras Jaime de Marichalar se recuperaba de un ictus.
La realidad es que el proceso de divorcio no fue nada sencillo ni beneficioso para Jaime de Marichalar. Y es que, a pesar de no poner ningún tipo de resistencia, el exmarido de Elena vio como Juan Carlos I ordenó que le fuera retirada la custodia de sus hijos y que se le quitaran todos los beneficios por haber sido miembros de la Casa Real. Incluso el título de Duque de Lugo y Grande de España. Una serie de golpes que no generaron ni ira ni sed de venganza en Jaime de Marichalar, que nunca ha querido arremeter contra los Borbón.