Juan Carlos I está cada vez peor, necesita asistencia médica a diario, va en silla de ruedas
Juan Carlos I recibe el peor diagnóstico médico
Juan Carlos I, ha cumplido 87 años, enfrenta serios desafíos de salud propios de su avanzada edad. Desde hace más de una década, el rey emérito ha tenido problemas de movilidad, con dolencias recurrentes en la cadera y las rodillas. A lo largo de los años, ha sido sometido a múltiples intervenciones quirúrgicas, sumando más de diez operaciones, aunque con resultados limitados. A pesar de recibir atención de los mejores especialistas y someterse a tratamientos avanzados, la situación ha llegado a un punto crítico. Los médicos le han comunicado un diagnóstico definitivo: los tratamientos de medicina regenerativa ya no surten efecto, y deberá pasar el resto de su vida en una silla de ruedas, un escenario que siempre quiso evitar.
Esta realidad, aunque previsible, ha sido difícil de aceptar para Juan Carlos. Se siente abatido y dependiente, necesitando apoyo constante para las tareas más básicas. Estos momentos están siendo especialmente duros para él, lo que ha llevado a su familia a movilizarse para brindarle apoyo emocional. Durante esta semana, casi toda su familia se ha trasladado a Abu Dabi para acompañarlo en este difícil periodo. Felipe VI y Letizia, sin embargo, no han formado parte de este viaje. El objetivo es animar al emérito y hacerle sentir el respaldo de los suyos.
Juan Carlos I compra una nueva casa y la adapta para personas con movilidad reducida
La infanta Elena, siempre cercana a su padre, fue la primera en ofrecerle su hogar como residencia. Hace unos años realizó una reforma integral en su vivienda, adaptándola para personas con movilidad reducida, en previsión de que pudiera necesitarla. Sin embargo, hasta ahora, Juan Carlos se ha resistido a la idea de regresar a España, algo que también ha encontrado oposición en su hijo Felipe VI.
Debido a sus problemas de movilidad, el rey emérito ha tenido que mudarse recientemente a una nueva residencia en Abu Dabi. Según informó el periodista Juan Luis Galiacho, esta nueva casa, una villa de 2.000 metros cuadrados ubicada en la isla de Nurai, está a pocas casas de su antigua residencia. La propiedad, que cuenta con playa privada y helipuerto, habría sido donada por un jeque árabe, lo que también implica que no tributa impuestos en la región. Diseñada para personas con movilidad reducida, la mansión está completamente adaptada a sus necesidades y equipada para facilitarle el uso de la silla de ruedas.
La residencia cuenta con estrictas medidas de seguridad para garantizar su privacidad, impidiendo el acceso de paparazzis o la obtención de fotografías de su interior. Juan Carlos se muestra especialmente preocupado por evitar que se publiquen imágenes suyas en silla de ruedas, queriendo preservar su imagen pública a pesar de las circunstancias.