Juan Carlos I llamó a Felipe VI el sábado por la noche para pedirle ayuda

El rey emérito intenta mediar por su nieto, mientras Felipe VI se mantiene firme en su negativa a un regreso permanente.

Juan Carlos I llamó a Felipe VI el sábado por la noche para pedirle ayuda

El drama de la familia real española vuelve a situarse en el centro de la polémica. El pasado sábado por la noche, Juan Carlos I contactó con Felipe VI para abordar un tema que lleva meses preocupando al rey emérito: la situación de su nieto, Froilán de Marichalar, en Abu Dabi. El joven, conocido por sus continuos escándalos mediáticos, estaría atravesando un momento personal muy delicado, marcado por el aislamiento, la falta de rumbo y un estado anímico preocupante.

El aislamiento de Froilán en Abu Dabi

Desde su traslado forzado a Abu Dabi, Froilán ha ido perdiendo el brillo con el que afrontó su exilio dorado. Aunque al principio parecía disfrutar de la discreción y el lujo del emirato, con el tiempo, el aislamiento y la falta de un propósito claro le han pasado factura. Fuentes cercanas al entorno del joven aseguran que su ánimo ha decaído considerablemente, mostrando signos evidentes de desmotivación y tristeza.

En un entorno donde los excesos y las amistades fugaces son moneda común, el nieto del rey emérito parece haberse sumido en una espiral difícil de romper. Su familia más cercana, especialmente su abuelo, Juan Carlos I, estaría cada vez más preocupado por su situación.

 Froilán

Navidad en España, regreso a Abu Dabi para Fin de Año

A pesar de las restricciones y la firme postura de Felipe VI respecto a su sobrino, Froilán ha pasado discretamente la Navidad en España. Fuentes señalan que este breve regreso habría sido un intento de la familia por darle un respiro emocional. Sin embargo, el joven tiene previsto regresar a Abu Dabi antes de Fin de Año, retomando una rutina que parece no ofrecerle ni estabilidad ni bienestar.

El contacto entre Juan Carlos I y Felipe VI habría tenido como objetivo buscar una solución para Froilán, posiblemente un retorno permanente a España o, al menos, algún tipo de apoyo más cercano. Sin embargo, el rey Felipe sigue firme en su postura de evitar cualquier movimiento que pueda generar más titulares negativos para la monarquía.

Un problema sin solución aparente

El caso de Froilán plantea un dilema evidente: ¿debe la Casa Real permitir su regreso definitivo a España y afrontar las posibles consecuencias mediáticas, o mantenerlo en Abu Dabi a riesgo de que su estado emocional se deteriore aún más?

Por ahora, la postura de Felipe VI parece clara, mientras que Juan Carlos I sigue intentando mover los hilos desde su propio exilio. Lo cierto es que la situación de Froilán, lejos de resolverse, parece haberse convertido en otro capítulo complicado para una monarquía que no termina de escapar de sus propios fantasmas.