Juan Carlos I modifica el testamento en Lausana con dos sorpresas
El emérito no perdona los desplantes de Leonor y Sofía

Desde que Felipe VI tomó la decisión de enviar a su padre a vivir a Abu Dabi, desde Zarzuela no han escatimado en esfuerzos a la hora de tratar de tomar el máximo de distancia posible, respecto del emérito y padre de Felipe VI. En este sentido, el Rey de España siempre ha demostrado que no tiene interés alguno a la hora de preservar la monumental fortuna que atesora su padre, cuyo origen es, como mínimo muy opaco y que podría provocar que tenga más de un problema legal en España, donde llevan años investigando el origen del dinero de Don Juan Carlos. Es por esto que su testamento se ha hecho en Lausana.
En este mismo sentido, tal y como han revelado fuentes cercanas a Zarzuela, Juan Carlos I es muy consciente de que, por desgracia, su final está cada vez más cerca. Lo que ha acabado provocando que el emérito se haya puesto manos a la obra a la hora de dejar muy preparado su testamento. El cual, según hemos podido saber, dejará más de una sorpresa en España e incluso en el seno de la Casa Real.
Juan Carlos I no se olvida de nada ni de nadie
La realidad es que el que fuera Rey de España tiene muy claro que en Zarzuela hay personas que no se merecen ver ni un solo euro de su patrimonio. Es por este motivo que, después de no haber visto, durante años, a Leonor y a la infanta Sofía, Don Juan Carlos ha dejado fuera de su testamento a las dos hijas de los Reyes de España. Un gesto dedicado a responder a los constantes desplantes a los que ha sido sometido.
Sin embargo, el emérito también ha optado por premiar a los que cree que se lo han merecido. Por este motivo, para sorpresa de todo el mundo, la Reina Sofía se llevaría una parte muy importante del testamento de su marido, que a pesar de odiar a su esposa, no la ha evitado a la hora de repartir su fortuna.
Así pues, por decisión directa de Juan Carlos I, ni Leonor ni la infanta Sofía van a ver ni uno de los 1.800 millones de euros que va a repartir el emérito a través de su testamento, una vez haya fallecido.