Kate Middleton cena gratis en restaurantes de lujo porque no se puede cobrar a los Windsor
La princesa de Gales acude de forma recurrente a comer y sin pagar, a los restaurantes más lujosos
No es ninguna sorpresa que, como en todas las realezas, la corona británica disfruta de muchos beneficios que los ciudadanos de a pie no tenemos. En este sentido, se ha hecho patente que los lujos de los que disfrutan Kate Middleton y el Príncipe Guillermo han llegado a un punto surrealista. Y es que, además de tener un patrimonio valorado en varios miles de millones de libras, también tienen la capacidad de vivir a costa de los demás.
Tal es el nivel al que han llegado los beneficios de los que disfruta la familia de los Windsor que si quieren, pueden irse de los restaurantes sin pagar, ya que, por una antigua orden, no se puede cobrar a un miembro de la realeza por servirle comida. Hecho del que, según la prensa británica, se estaría aprovechando una Kate Middleton a la que no le da pena alguna, irse de los lujosos lugares en los que come sin soltar ni una sola libra.
Atender a Kate es una ruina para los restaurantes
No es ninguna novedad el gusto de Kate Middleton por la alta gastronomía, pues, una de sus aficiones es ir a comer a lujosos restaurantes en la zona más exclusiva de Londres tanto sola como acompañada. Sin embargo, lejos de usar su fortuna para pagar, desde los restaurantes se quejaron de que, ni pide la cuenta ni deja propina para los trabajadores. Todo amparándose en una supuesta orden que impide a ciertos establecimientos, cobrar a los miembros de la familia Windsor.
Además, las comidas de Kate no es que sean las más baratas. Pues, generalmente pide los mejores platos de la carta, junto con un muy buen vino, lo que supone que ver entrar a la Princesa de Gales por la puerta sea sinónimo de un día absolutamente ruinoso para el negocio, ya que una cuenta de varios miles de libras se quedará sin pagar.
Más y más privilegios para la Realeza
Este reciente descubrimiento por parte de la prensa más cercana a la corona de Gran Bretaña ha supuesto un nuevo golpe en la popularidad de todos los integrantes de una Realeza que, pese a ser más que venerada en su país, no hace más que empeorar su imagen pública, la cual, desde la muerte de Isabel II no hace más que caer en picado.
Y es que, el pueblo se va dando cuenta de los innumerables privilegios de los que disfrutan los Windsor solamente por formar parte de una Casa Real que cada vez tiene menos credibilidad y menor relevancia en el día a día de la sociedad británica.