La infanta Cristina está siendo avisada de las malas compañías con las que Irene se escapa a Londres

Irene Urdangarin prioriza la fiesta de Londres a los estudios en Oxford

La infanta Cristina está siendo avisada de las malas compañías con las que Irene se escapa a Londres

Los hijos de Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina nunca han destacado por ser los mejores ejemplos de estudiantes que uno se pueda echar a la cara. En este sentido, Irene Urdangarin no es ningún tipo de excepción. Más bien, la benjamina del clan Urdangarin se ha convertido en la mayor exponente de que en la familia Urdangarin de Borbón, el tema de estudiar y de tener buenos resultados académicos no es tradición. Y es que a pesar de haber sido admitida en una gran universidad como lo es la de Oxford, Irene ha sido incapaz de centrarse en sus estudios.

Según han revelado fuentes cercanas a los Urdangarin, la infanta Cristina está cada vez más preocupada por el pésimo rendimiento académico de su hija. Tener a Irene Urdangarin estudiando en Oxford supone un gasto cercano a los 40.000 euros. Una cifra que no ha servido para garantizar que la joven se ponga las pilas. Más bien todo lo contrario.

Y es que, lejos de valorar la gran oportunidad que tiene delante, Irene Urdangarin ha comenzado a juntarse con gente de dudosa calidad en Inglaterra. Unas malas compañías que están llevando por un muy mal camino a la hija menor de la infanta Cristina, que se ha acostumbrado a salir de jueves a domingo y a faltar a clase más de lo que es aconsejable.

Irene

Irene no está contenta con sus estudios

Según hemos podido saber, la principal razón detrás de la falta de implicación de Irene con sus estudios, es que no está nada satisfecha con la carrera en la que está matriculada. La joven no se siente cómoda en Oxford y tampoco disfruta a la hora de estudiar. Razón por la que habría comenzado a dejar de dar importancia a sus resultados para centrarse en ella misma y en disfrutar de la experiencia de vivir por su cuenta y de la vida nocturna de Londres. 

Así pues, por culpa de las malas compañías con las que se ha juntado, Irene Urdangarin ha comenzado a estar más pendiente de la noche londinense que de unos estudios que han llegado a costar más de 40.000 euros a su abuelo. Un Juan Carlos I que ve como su nieta no aprovecha la gran oportunidad que le está dando.