La infanta Cristina ha estado escondiendo un caso de alcoholemia en la familia

Tensiones internas y secretos familiares amenazan con volver a sacudir los cimientos de la Casa Real

La infanta Cristina ha estado escondiendo un caso de alcoholemia en la familia

Desde hace años, la Casa Real vive en una cuerda floja. Los escándalos se acumulan, y cada nuevo episodio pone más en jaque a la institución. Pero esta vez, no ha sido el rey Felipe VI ni su padre el protagonista directo. Ha sido la infanta Cristina, que durante mucho tiempo ha intentado silenciar un caso muy delicado: un episodio de alcoholemia dentro del círculo más íntimo de la familia.

Aunque públicamente ha mantenido un perfil bajo desde el escándalo del caso Nóos, la infanta Cristina sigue moviendo hilos en la sombra. Según fuentes cercanas, Cristina habría hecho todo lo posible por evitar que se conociera un episodio grave vinculado al alcohol. No se trataba de ella, sino de alguien muy próximo, alguien que podría dañar aún más la imagen de una familia ya desgastada.

El caso no llegó a los medios, en parte gracias a sus gestiones y al silencio cómplice de varios altos cargos. Y también, por supuesto, gracias a la presión institucional. El nombre de Juan Carlos I vuelve a aparecer en este contexto, relacionado con el consumo excesivo de alcohol, una práctica que no era nueva para él.

Felipe VI

La noche que cambió todo

Todo apunta a que aquel famoso viaje a Botswana fue el punto de no retorno. No solo por la escandalosa cacería de elefantes ni por la aparición pública de Corinna Larsen. Fue una noche de exceso. Juan Carlos I celebró con alcohol hasta altas horas. Acabó tan ebrio que necesitó ayuda para llegar a su cama. Al día siguiente, ya herido, no recordaba nada.

Cristina lo sabía. Igual que lo sabía Felipe VI. Pero mientras el actual rey maniobraba para mantener la institución a flote —abdicación, exilio y distancia—, su hermana optó por proteger a su padre, a toda costa. Incluso cuando, de regreso en el jet privado de Corinna, el rey siguió bebiendo con la cadera fracturada y al borde del quirófano.

"Yo soy el rey de España y hago lo que me da la gana", dijo Juan Carlos. Y nadie en su entorno pareció contradecirlo. Nadie, excepto su hijo. Pero Cristina calló. Y ese silencio, hoy, pesa más que muchas palabras.