La infanta Elena está haciendo vida en Ginebra con la amante de su padre
Un Inusual acercamiento: La infanta Elena y Marta Gayá rompen esquemas familiares
Desde la salida del rey emérito Juan Carlos I en 2020, su vida privada y sus relaciones han mantenido en vilo a la opinión pública. El ex monarca, quien reside en Abu Dabi, ha consolidado una vida alterna entre Suiza y los Emiratos Árabes, con visitas intermitentes a España. Aunque muchos creyeron que se mantendría alejado del escrutinio público y de las controversias, su vínculo con Marta Gayá, una de sus amantes más conocidas, continúa siendo un tema de conversación, especialmente tras la filtración de imágenes y audios que lo muestran con Barbara Rey, quien, a diferencia de Gayá, no ha sido en absoluto discreta. Sin embargo, lo más sorprendente es el papel de la infanta Elena en este triángulo familiar: ¡Contra todo pronóstico, Elena y Marta parecen llevarse excepcionalmente bien!
Para sorpresa de muchos, la infanta Elena ha adoptado una postura de absoluta normalidad ante la relación entre su padre y Marta Gayá. Es bien sabido que Elena siempre ha defendido a su padre a capa y espada, a pesar de las controversias que empañaron su reputación y afectaron a la monarquía. Ahora, la infanta parece no solo tolerar la presencia de la mallorquina, sino que incluso han compartido momentos juntos en Ginebra.
La infanta Elena y Marta Gayá, juntas en Ginebra
Este "buen rollo" entre Elena y Gayá, que podría desconcertar a cualquiera, se ha convertido en un vínculo discreto pero poderoso. Al parecer, ambas se han adaptado al peculiar escenario familiar sin mayores dramas. Las fuentes cercanas aseguran que no solo se han tolerado mutuamente, sino que han desarrollado una relación de respeto y complicidad. Para la infanta, Marta Gayá ha pasado de ser una "sombra incómoda" en la historia de la Familia Real, a convertirse en alguien que acepta como parte del entorno de su padre.
Para muchos, la actitud de la infanta Elena refleja una especie de resignación mezclada con pragmatismo. ¿Quién podría haber imaginado que la hija del rey emérito compartiría su tiempo y su espacio con la mujer que, durante años, estuvo en las sombras de su madre, la reina Sofía? Sin embargo, esta es la nueva realidad de la infanta.
Un vínculo inquebrantable: la infanta y su padre, pase lo que pase
Fuentes cercanas indican que la infanta Elena, Juan Carlos I y Marta Gayá se reúnen con frecuencia para comer cuando la infanta está en Ginebra visitándolos, dado que Gayá tiene residencia allí. Esto sugiere que existe entre ellas una relación que podría describirse como amistosa. La infanta, en lugar de sentirse incómoda por la presencia de Marta, la ve como una especie de confidente. Esta conexión no solo facilita los encuentros familiares, sino que también pone de manifiesto el carácter conciliador de Elena, quien ha aprendido a aceptar las decisiones personales de su padre sin emitir juicios, a diferencia de su hermano, el rey Felipe VI.
Ahora bien, no es un secreto que la reina Sofía ha sufrido mucho por las infidelidades de Juan Carlos, lo que añade una nota de ironía a la disposición de Elena para convivir con Marta Gayá. Algunos interpretan que al aceptar a la amante, la infanta está enviando un mensaje contundente: su lealtad hacia Juan Carlos I permanece firme, incluso si eso implica pasar por alto el dolor que esta relación causó a su madre.