La infanta Elena explica a su padre, Juan Carlos I, que los resultados médicos no son buenos
Juan Carlos I no esperaba que la Reina Sofía estuviera tan deteriorada

Desde que Juan Carlos I llegó a Abu Dabi, la Reina Sofía no ha visto a su marido. La relación entre ambos hace varias décadas que está completamente rota y sin atisbo alguno de que haya una reconciliación posible. En este sentido, a pesar de que no hay relación alguna entre los que fueran Reyes de España, ambos están muy pendientes de la evolución de cada uno. Y es que, por mucho odio y rencor que haya entre ambos, el interés sigue estando ahí.
De este modo, mientras que Sofía es plenamente consciente de que su marido está atravesando uno de los momentos más difíciles de su vida, por culpa de su deterioro físico constante, Juan Carlos I también está al día de todos los cambios que ocurren en el día a día de su mujer. Y es que, si hay alguien que ha empeorado rápidamente en estos últimos meses, ha sido la Reina Sofía, que no gana para disgustos.
La encargada de ir informando a Juan Carlos I es la infanta Elena. La hija mayor de los eméritos se ha convertido en la mensajera oficial de Zarzuela. Elena ha viajado más de 60 veces a Abu Dabi para estar con su padre y cada vez que está con él le da información sobre todo lo que tiene que ver con la Casa Real, incluyendo la evolución de la Reina Sofía.
La emérita está recibiendo demasiados golpes
La realidad es que a sus 86 años, la Reina Sofía ya no está preparada para recibir tantos golpes. La emérita no solo ha tenido que seguir aguantando como las amantes de Juan Carlos I han seguido revelando sus intimidades y como lo hacía para acostarse con ellas. Si no que también se está encargando de cuidar a Irene de Grecia, a la que el Alzheimer le está arrebatando la vida, poco a poco.
Todo esto ha acabado provocando que la Reina Sofía haya mostrado un deterioro muy importante a nivel psicológico. Ya no es una mujer sonriente y ha dejado de disfrutar de la vida como lo hacía antes. Una situación que ha llegado a los oídos de Juan Carlos I que, por lo que hemos sabido, no esperaba que su esposa estuviera atravesando un momento tan complicado a nivel psicológico. En parte, por su culpa.