La infanta Elena fue incapacitada por exámenes médicos que confirmaron el primer diagnóstico
Juan Carlos I tenía dudas sobre su capacidad para ser reina
La infanta Elena siempre ha sido y será la más Borbón de todos los hijos de Juan Carlos I. La hija mayor del emérito ha demostrado ser la persona más cercana a su padre y la que nunca le ha negado el apoyo, sea cual sea la situación. Un apoyo incondicional, la de la infanta Elena, que no fue siempre correspondido por parte de su padre, pues en su juventud, cuando todavía tenía opciones de convertirse en heredera de Juan Carlos I, el entonces Rey de España tomó la dura decisión de negarle el trono, en favor de su hijo, Felipe VI, que pasó de Príncipe de Asturias, a ser el actual Rey.
En este sentido, al igual que la Reina Sofía, Juan Carlos I nunca brilló por ser la persona con la mentalidad más abierta del mundo. Pues, como ya ha venido siendo costumbre en la monarquía española, donde por tradición, las mujeres nunca han tenido ni voz ni voto y, en el caso de la sucesión, por mucho que, como la infanta Elena, sean primogénitas, la presencia de un varón, las hace perder su posición como herederas al trono.
Juan Carlos I pudo hacer reina a la infanta Elena
Por mucho que siempre se han pensado que Elena nunca tuvo opción alguna a la hora de convertirse en reina, la realidad es que, como confirmó Pilar Eyre, Juan Carlos I tuvo en sus manos la posibilidad de llevar a su hija mayor al trono de España. Estamos hablando del momento de redacción de la Constitución de 1978, cuando Adolfo Suárez propuso a Juan Carlos, derogar la ley sálica para que Elena pudiera ser Reina de España. Idea a la que el entonces Rey, se negó rotundamente, ya que consideraba que su hija no estaba en condiciones de reinar.
Los informes psicológicos no recomendaban hacer reina a Elena
Como ya es costumbre en Zarzuela, los servicios de inteligencia tienen controlados a todos los miembros de la Casa Real. Hecho que llevó a realizar minuciosos estudios psicológicos en los hijos de Juan Carlos I. Una serie de estudios que acabaron dando a entender que las capacidades cognitivas de la infanta Elena no eran tan buenas como para hacerla reina por delante de Felipe.
Así pues, lejos de hacer reina a su hija más cercana, Juan Carlos I tomó la decisión de mantener la ley ya existente y hacer que fuera su hijo varón, Felipe, el elegido como su sucesor al trono de España.