La infanta Elena ha realizado test de drogas a Victoria Federica
La preocupación de la infanta Elena por la vida nocturna de su hija la ha llevado a realizarle controles sorpresa de drogas.
La infanta Elena ha optado por transmitirle a sus hijos valores y principios que sean esenciales de la Casa Real. No obstante, su hija Victoria Federica ha optado por un estilo de vida que difiere de este ideal, eligiendo la fama y la presencia en las redes sociales, situación que ha provocado conflictos en la familia, en particular con su madre.
El vínculo entre Victoria Federica y su padre, Jaime de Marichalar, quien la respalda en su trayectoria como influencer, ha intensificado las tensiones y ha hecho que la infanta Elena cuestione su función como progenitor.
La función de Jaime de Marichalar en la trayectoria profesional de su hija
Aunque la infanta Elena persiste en mantener la privacidad de su familia, Jaime de Marichalar se ha transformado en un personaje crucial en la promoción de Victoria Federica en el ámbito de la moda y las plataformas de redes sociales. El exduque de Lugo sigue a su hija en eventos de moda, la vincula con personalidades de gran influencia y apoya su trayectoria como influencer. Esto ha despertado la inquietud de la infanta, quien sostiene que Marichalar debería establecer restricciones a su hija, en vez de promover un modo de vida que, según su percepción, la halla expuesta al escrutinio público y podría amenazarla.
Este respaldo ha facilitado a Victoria Federica forjar una reputación pública reconocida, exhibiendo una vida de lujo en las redes sociales que discrepa con los principios de discreción que su madre promueve. Pese a las discrepancias, la chica no ha aceptado las sugerencias de su madre para limitar su participación en las plataformas digitales ni para adoptar un modo de vida más íntimo.
Inquietud de la infanta Elena hacia Victoria Federica
Elena ha mostrado su preocupación por el ambiente social y nocturno que rodea a Victoria Federica. A sus 24 años, la joven ha adoptado un estilo de vida que engloba múltiples actividades y salidas, lo que provoca inquietudes en su madre acerca de posibles excesos. La infanta tiene miedo de que su hija llegue a ser influenciada por el uso de drogas. Tanto ha sido su preocupación ante esto que Elena le realizó test de drogas sorpresa a Victoria en las que, hasta el momento, la joven no ha mostrado resultados positivos. Este control severo que la infanta Elena impone a su hija muestra la tensión entre las dos y el miedo de una madre por la protección y el bienestar de su hija.
Pese a la supervisión de la infanta, Victoria Federica no ha mostrado disposición a modificar su modo de vida ni a dejar el hogar de la familia. Esta circunstancia le brinda una cierta autonomía económica, dado que puede economizar una porción de sus ingresos o asignarlos a sus actividades recreativas. No obstante, su comportamiento ha provocado un aumento en las discrepancias con su madre, quien teme que la ausencia de restricciones pueda acarrear repercusiones a largo plazo.
Parece que el conflicto entre la infanta y su hija no está por solucionarse. Mientras Victoria sigue aprovechando su posición como personalidad reconocida y el apoyo de su padre, la inquietud de Elena por el porvenir de su hija persiste, dejando a la familia en una etapa crucial donde la fama y la discreción parecen ser incompatibles.