La infanta Elena tiene secuelas de la infancia por un problema ocasionado por su madre, la reina Sofía

Los complejos de la infanta Elena vienen por culpa de la Reina Sofía

La infanta Elena tiene secuelas de la infancia por un problema ocasionado por su madre, la reina Sofía

La infanta Elena siempre ha destacado por ser la integrante más austera y con menos ruido de Zarzuela. La hija mayor de Juan Carlos I ha sido el vivo ejemplo de lo que buscaba el emérito a la hora de educar a sus hijos. Sin embargo, detrás de esa austeridad y falta de notoriedad a nivel público, se esconden una serie de complejos y de problemas psicológicos que se fueron formando a lo largo de la etapa de juventud de la infanta Elena, que, a sus 61 años sigue arrastrando y la siguen atormentando diariamente.

Pocas veces hemos visto a Elena arriesgando a la hora de vestirse. La hija mayor de Juan Carlos I siempre ha optado por indumentarias poco vistosas y por vestidos y trajes largos que no han dejado a la vista su cuerpo. Una costumbre a la que la acostumbró la Reina Sofía, que siempre obligó a Elena a vestirse según sus estándares. Es decir, nada de faldas o pantalones cortos o escotes arriesgados. Unas limitaciones que acabaron generando una serie de complejos que Elena ha sido incapaz de quitarse de encima.

Sofia

Jaime de Marichalar trató de ayudar a Elena

Durante su fallido matrimonio con Jaime de Marichalar, a la infanta Elena no le faltaron impulsos para que cambiara su forma de entender la vida. Pues, mientras que la hija de Juan Carlos I siempre apostaba por el tradicionalismo en todo lo que hacía en su día a día, Jaime de Marichalar estaba acostumbrado a arriesgar y a transgredir los límites estipulados. Algo a lo que nunca se acostumbró una Elena que acabó rompiendo su matrimonio.

Y es que, ni el paso del tiempo ni la acción de los psicólogos han servido para hacer que la infanta Elena se despoje de todos esos complejos que su madre la hizo adquirir a lo largo de su juventud, donde nunca tuvo la libertad de experimentar con su estilo de vestir y de entender la vida.

Así pues, a sus 61 años, la infanta Elena sigue siendo incapaz de superar unos traumas de la juventud que le vinieron provocados por su madre. Y es que la Reina Letizia se encargó de cortar siempre las alas a su hija mayor, que nunca pudo experimentar con nada.