La infanta Elena y el coronel Murga liquidan más de 30 pisos en Madrid y Barcelona
La infanta Elena y Nicolás Murga lideran la venta de más de 30 propiedades del Juan Carlos I para asegurar su herencia.
La infanta Elena y Nicolás Murga, excomandante del Ejército del Aire y excolaborador personal de Juan Carlos I, han tomado un rol esencial en la administración de la fortuna del monarca emérito. En un intento compartido de estructurar su herencia y facilitar la transferencia de propiedades, ambos han encabezado la venta de más de 30 inmuebles situados en Madrid y Barcelona.
Estas operaciones son parte de un plan estratégico que tiene como objetivo transformar propiedades en activos líquidos, simplificando la distribución de la herencia a las infantas Elena y Cristina, evitando así posibles dificultades tributarias.
Las propiedades, gran parte de las cuales fueron adquiridas durante el mandato de Juan Carlos I, constituyen una porción significativa de su patrimonio. A pesar de estar siempre envuelto en enigmas, se calcula que su patrimonio asciende a cerca de 1.800 millones de euros. Esta acción no solo busca simplificar los bienes materiales del exmonarca, sino también garantizar que la transmisión se realice de forma discreta y eficaz, bajo los beneficios fiscales de jurisdicciones como Abu Dabi, donde el rey emérito se encuentra en la actualidad.
Nicolás Murga, el eje de la operación
Nicolás Murga se ha transformado en el personaje principal de estas administraciones. Desde su cargo en el exterior, ha organizado la venta de bienes inmuebles y ha administrado la logística de las operaciones. Su función no solo abarca la gestión administrativa, sino también la vinculación con intermediarios y compradores, garantizando que cada procedimiento sea claro y se lleve a cabo con la máxima exactitud posible.
El vínculo de confianza entre Juan Carlos I y Murga ha jugado un papel crucial en el triunfo de esta táctica. Con la infanta Elena, quien también supervisa las decisiones vinculadas a la herencia, se han tratado asuntos delicados como la venta de bienes a favor de amigos próximos del exmonarca. Este movimiento previene dificultades futuras vinculadas a la posesión de estos bienes, además de incrementar la liquidez requerida para simplificar la distribución entre las hijas del monarca emérito.
El futuro de la herencia de Juan Carlos I
Este conjunto de medidas manifiesta el anhelo de Juan Carlos de poner todo en orden antes de que se presente el instante de su sucesión final. Aunque el exmonarca vive en Abu Dabi, continúa inquieto por el futuro de su herencia, tanto en aspectos materiales como simbólicos. Las infantas Elena y Cristina se han establecido como las herederas más destacadas, tras la renuncia pública de Felipe VI a cualquier ventaja derivada del patrimonio de su padre, en un esfuerzo por distanciarse de las controversias que han afectado la imagen del monarca en años recientes.
El procedimiento de liquidación de propiedades no solo genera interrogantes acerca de la transparencia y la gestión tributaria de estas transacciones, sino también acerca de la posibilidad de que Juan Carlos regrese a España en un futuro. Pese a que su residencia en Abu Dabi brinda beneficios tributarios, el exmandatario Juan Carlos I ha manifestado que no quiere pasar sus años finales lejos de su nación.