La infanta Sofía lleva mal estar sometida a su hermana, Leonor, la relación entre ambas se deteriora
La relación entre las hermanas reales, marcada por la tensión y las preferencias familiares.
Con el paso del tiempo, la princesa Leonor y la infanta Sofía han sido el foco de atención pública en España, en cierta medida por ser las únicas hijas de los monarcas Felipe VI y Letizia, y en cierta medida por sus discrepancias personales, que han alimentado rumores acerca de una relación de tensión.
A pesar de que se espera que la familia real transmita una percepción de unidad y respaldo recíproco, algunos episodios han sugerido que las discrepancias de personalidad y obligaciones podrían estar influyendo en la coexistencia entre Sofía y Leonor.
Un favoritismo que divide
Parece que la presión sobre Sofía se intensifica debido al constante cuidado y preparación que Leonor recibe de sus progenitores. Conforme Leonor adopta roles de mayor responsabilidad y se presenta en acontecimientos relevantes como sucesora directa, Sofía parece ser relegada a un segundo plano. Las disparidades en la atención y la ausencia de oportunidades equiparables han provocado que la infanta Sofía se sienta menos apreciada, lo que parece estar provocando resentimiento. Fuentes próximas a la familia real señalan que esta circunstancia ha deteriorado la relación entre las hermanas, dado que la infanta siente un trato evidentemente privilegiado hacia Leonor.
Esta circunstancia se hace más patente en situaciones públicas, donde el interés hacia Leonor es evidente. Letizia y Felipe VI tienden a enfocarse en la princesa, lo cual provoca que Sofía sinta una sensación de desatención. Para cualquier adolescente, estos instantes de favoritismo pueden resultar difíciles, pero para Sofía, que se desarrolla con la mirada del público fijándola, la situación es aún más complicada.
Una relación bajo presión
El enfoque excesivo de Leonor en sus responsabilidades como reina futura podría estar creando una separación innata entre las hermanas, ya que sus trayectorias y prioridades se vuelven cada vez más diferentes. Mientras Leonor continúa con sus estudios en la Escuela Naval Militar de Marín para poder consagrarse de cara al futuro de la corona, Sofía se halla en una especie de "área gris", sin la misma cantidad de obligaciones, pero con el estrés de pertenecer a la familia real. Esta circunstancia se intensifica debido a la disparidad en el trato de sus progenitores, en la que Sofía, al no obtener el mismo cuidado o reconocimiento, se ve forzada a vivir bajo la sombra de su hermana mayor.
Esta separación en su relación podría impactar en el porvenir de la familia auténtica, dado que la ausencia de respaldo emocional recíproco podría impactar a Leonor y a Sofía. Conforme Leonor prosigue con su preparación para el trono y Sofía siga su propio camino, la tensión podría seguir incrementándose, impactando la unidad de la familia real y el papel de Sofía en ella.
A pesar de estos obstáculos, ciertos especialistas proponen que, con el paso del tiempo, el vínculo entre las hermanas podría fortalecerse, en particular si Sofía descubre un objetivo personal dentro o fuera de la monarquía. No obstante, para alcanzar este objetivo, Felipe y Letizia tendrán que buscar un balance que facilite el desarrollo de ambas hijas con el mismo respaldo y dedicación. Si no fuera así, el vínculo entre Leonor y Sofía podría empeorar aún más, dejando una clara separación en el núcleo de la familia real.