La infanta Sofía no va a misa porque no se siente católica ni cree en Dios

Letizia ha moldeado a sus hijas a su antojo

La infanta Sofía no va a misa porque no se siente católica ni cree en Dios

La figura de Letizia nunca ha gustado nada a la Iglesia. El hecho de que fuera una mujer divorciada era algo que ya, de por sí, no hacía ninguna gracia a la institución eclesiástica, que siempre transmitió a Juan Carlos I a la reina Sofía que la elegida para casarse con Felipe VI no era para nada de su agrado. Sin embargo, gracias a que se ocultaron todas las otras facetas poco creyentes de la vida de Letizia, la Iglesia acabó pasando por el aro y aceptó que se convirtiera en la mujer que es hoy: en reina de España.

Sin embargo, esa jugada no le ha acabado saliendo nada bien a la Iglesia, que lejos de poder manipular a su antojo a Letizia, ha visto como la consorte se les ha ido de control y se ha convertido en uno de sus peores enemigos. Y es que, lejos de seguir las instrucciones y demostrar su fe por el catolicismo, la reina de España se ha hartado a mostrar al mundo que no cree en Dios. Algo que ha transmitido a sus hijas.

sofia Leonor

La infanta Sofía y Leonor son como su madre

La realidad es que Letizia se ha esmerado mucho a la hora de hacer que sus dos hijas sean iguales que ella a la hora de tratar con la Iglesia. Nunca les impuso que no creyeran en Dios. Sin embargo, tampoco hizo nada para acercarlas a la fe. Más bien todo lo contrario, de forma indirecta las invitó a vivir fuera de la religión.

Es por este motivo que las personas cercanas a la infanta Sofía aseguran que la joven nunca va a misa ni siente ninguna vinculación con la Iglesia. De hecho, al igual que su madre se considera completamente atea. Una situación que seguro que no hará ninguna gracia a la Iglesia, que deberá soportar que Letizia, Leonor y Sofía pasen olímpicamente de la religión.

Así pues, de tal palo tal astilla. Tanto la infanta Sofía como Leonor tienen una concepción idéntica a la de su madre en cuanto a su relación con la Iglesia. Y es que ninguna cree en Dios ni acude a misa por voluntad propia.