La reina Sofía no deja que le laven el pelo con el agua del grifo de Zarzuela
Las manías de la Reina Sofía han generado mucho estrés en sus empleados
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La Reina Sofía siempre ha demostrado ser una mujer absolutamente entregada a la Casa Real. La emérita ha dedicado toda su vida a ejercer, de la mejor forma posible, su papel de Reina. Sin embargo, más allá de esa faceta elegante que siempre ha ido ligada a la figura de la emérita, se esconde una cara mucho menos conocida y que la ha convertido en un auténtico dolor de cabeza para todos los encargados de sus cuidados. Y es que se trata de una persona que, en privado, es extremadamente exigente y meticulosa. Llevando algunos aspectos hasta el límite.
En este sentido, como se ha acabado desvelando, la Reina Sofía ordenó que en Zarzuela se instalaran, en todos los grifos, una serie de filtros descalcificadores que evitaran que hubiera ni una sola gota de cal en el agua con la que le limpian en pelo y con la que se baña. Y es que, según la propia emérita, el agua sin filtrar es perjudicial para el bienestar de su piel y de su pelo, los cuales considera que se ven afectados cuando no se usa el agua destilada que brota de los grifos de Zarzuela.
Los empleados de Zarzuela, estresados por Sofía
Si bien es cierto que las formas de la Reina Sofía nunca han sido el mayor de los problemas de la emérita. La realidad es que su nivel de exigencia se ha acabado convirtiendo en un grave problema para aquellos que trabajan para ella. Y es que, si Sofía no lo encuentra todo a la perfección, sus enfados pueden suponer auténticos problemas para los encargados. De hecho, han contado trabajadores de Zarzuela que si la emérita no encuentra una pieza de ropa doblada como ella quiere, la deja en el suelo para que se lave y se doble de nuevo.
En este sentido, el perfeccionismo de Sofía ha generado bastantes problemas a los trabajadores de Casa Real, los cuales tienen que lidiar con grandes dosis de estrés durante su jornada laboral. Pues, saben que no se pueden permitir ni el más mínimo error.
Así pues, lejos de ser esa persona afable que aparente de cara al público, en privado la Reina Sofía es una persona muy complicada de tratar. Especialmente para los empleados de Zarzuela, que no tienen permitido el más mínimo error, si no ya saben que van a haber serios problemas con la emérita.