La reina Sofía pide a sus hijos una última voluntad para el día de su muerte
La reina emérita rompe su silencio con una petición cargada de emoción y significado

A sus 86 años, la reina Sofía atraviesa uno de los momentos más delicados de su vida. Lejos de los focos y del protagonismo mediático que durante décadas acompañó su figura, la emérita vive ahora entre la discreción y la melancolía. La pérdida de su hermano Constantino de Grecia y el avanzado deterioro de la salud de su hermana Irene han marcado una etapa difícil, no solo por el dolor de las ausencias, sino también por la fragmentación de su propia familia.
Para Sofía, lo más desgarrador no ha sido el paso del tiempo ni los achaques propios de la edad, sino el ver cómo su familia se ha ido desmoronando. Desde el estallido del caso Nóos hasta el exilio voluntario del rey Juan Carlos, el clan Borbón ha pasado de ser una imagen de unidad institucional a un grupo dividido en bandos. El distanciamiento entre los reyes actuales, Felipe y Letizia, y el resto de la familia —especialmente Elena y Cristina— es palpable. Las tensiones se han enquistado, y ni siquiera los vínculos de sangre han logrado reconciliar posturas.
Una última voluntad con sabor a despedida
Consciente de que sus días comienzan a escasear, la reina Sofía ha querido dejar clara su última voluntad: ver reunida, al menos una vez más, a toda su familia. No se trata de una petición protocolaria, sino de un deseo profundamente humano. Una madre que quiere cerrar el capítulo de su vida con sus hijos y nietos unidos, sin reproches ni divisiones.
Felipe VI, Elena y Cristina han recibido este mensaje con el peso que conlleva. No solo es un acto de respeto hacia su madre, sino una oportunidad para curar viejas heridas. La reina Sofía ha pedido que ese reencuentro sea real, sin posturas forzadas ni tensiones veladas. Y, una vez llegada la hora de su partida, también ha expresado su deseo de ser incinerada y que sus cenizas reposen en el mar Egeo, ese rincón de Grecia donde aún habita la niña que fue.
Ahora, la decisión está en manos de sus hijos. Cumplir su última voluntad no será fácil, pero quizás sea el único gesto capaz de volver a unir, aunque sea por un momento, a una familia que lleva demasiado tiempo rota.