La reina Sofía tiene un mal vicio al que lleva 65 años enganchada
El hábito que acompaña a la reina Sofía desde su juventud: una adicción que persiste, aunque con moderación, a lo largo de los años.
Desde sus años jóvenes, la reina Sofía de Grecia ha mantenido una adicción que la ha acompañado por más de seis décadas: el tabaco. A pesar de que su uso actual es considerablemente menor, la costumbre se origina cuando tenía solo 20 años.
Durante sus primeros años en la realeza, Sofía se adhirió a una moda que, en aquel entonces, era habitual entre las jóvenes de la alta sociedad. No obstante, a lo largo de los años y las limitaciones de salud, el cigarro nunca abandonó su lugar en su vida. El tabaco ha sido un acompañante permanente en su existencia, aunque siempre en un volumen regulado. Sofía ha admitido reiteradamente que comenzó a fumar por motivos de imagen, al igual que numerosas mujeres de su tiempo.
Un vicio controlado a lo largo del tiempo
Aunque la reina Sofía ha tenido conciencia de los peligros del tabaco, nunca ha conseguido liberarse completamente de este hábito. Con el paso del tiempo, y principalmente debido al impacto de su entorno, su consumo ha disminuido significativamente. Actualmente, es conocido que fuma únicamente un cigarrillo al día, siempre en momentos serenos, usualmente tras las comidas. Esta conducta evidencia un método disciplinario para conservar el control, aunque continúa siendo una acción que lleva a cabo en el entorno privado de su casa, alejado de la mirada pública.
Este cambio en su actitud respecto al tabaco ha sido paulatino, y la reina Sofía no ha sido la única en su familia que ha mantenido un vínculo particular con el tabaco. Su exmarido, Juan Carlos I, también fumaba frecuentemente, aunque prefería los puros. En un instante específico, ambos optaron por abandonar el hábito de fumar, pero el cambio no fue tan fácil. Se rumorea que la reina consiguió abandonar los cigarrillos, pero el monarca mantuvo su costumbre, aunque únicamente con puros. Una de las causas por las que Juan Carlos finalmente abandonó el tabaco, aunque aún recibe paquetes de puros como obsequio.
La influencia de los años en el vicio
Indudablemente, el uso de cigarrillos por parte de la reina Sofía ha sido un asunto de discusión durante décadas. Pese a los intentos de reducir su reputación como fumadora, los especialistas y biografías auténticas han desvelado elementos de su vida privada, como su pasión por el tabaco. Además, se ha sabido que algunas de sus nietas, como Victoria Federica, también han asumido el hábito antes de cumplir los 18 años, lo que sugiere que este hábito parece haberse heredado de una generación a otra.
Pese a su larga vida, la reina Sofía ha logrado manejar este mal hábito que la ha acompañado desde su niñez. Su trayectoria es un evidente ejemplo de cómo un individuo puede mantener un hábito profundamente enraizado y, a pesar de que su intensidad disminuya con el paso del tiempo, nunca consigue liberarse de él totalmente. No obstante, pese a este modesto "pecado", Sofía continúa representando un emblema de dignidad y respeto en la monarquía española, evidenciando que los defectos pueden formar parte de la existencia, pero no determinan su herencia.