Leonor se encierra una hora al día en una habitación privada habilitada en Elcano

Un momento de intimidad en medio de la intensa formación de la princesa Leonor a bordo del Juan Sebastián Elcano

Leonor se encierra una hora al día en una habitación privada habilitada en Elcano

Leonor de Borbón sigue con su exigente formación militar a bordo del buque escuela Juan Sebastián Elcano, enfrentándose a una experiencia que supone un gran reto personal y profesional. Siguiendo la tradición de su padre, Felipe VI, y de su abuelo, Juan Carlos I, la princesa está viviendo en primera persona las duras condiciones de la Armada, con jornadas intensas, convivencia en espacios reducidos y desafíos físicos que ponen a prueba su resistencia.

A lo largo de los seis meses de travesía, Leonor visitará ocho países, pero ahora mismo afronta la parte más larga y complicada del viaje: la travesía del Atlántico hasta Brasil. Es un periodo especialmente difícil, con tres semanas sin tocar tierra firme, compartiendo espacio con 75 compañeros y el resto de la tripulación. Los primeros días fueron duros para ella, con mareos y vómitos debido al balanceo del barco, algo que también le ocurrió en Zaragoza al inicio de su instrucción. Sin embargo, poco a poco, se ha ido adaptando y ha demostrado una gran capacidad de esfuerzo.

A pesar de que la consigna de la Casa Real es que no reciba un trato diferente al resto, lo cierto es que Leonor tiene algunas facilidades que el resto de sus compañeros no disfrutan. Una de ellas es el acceso a una habitación privada en el barco, un pequeño espacio al que se retira cada día durante aproximadamente una hora.

Leonor Elcano

Un espacio de privacidad con conexión directa a Zarzuela

En un barco donde la intimidad prácticamente no existe, este pequeño rincón se ha convertido en un respiro para la princesa. Se trata de una sala habilitada exclusivamente para ella, similar a la que tuvo en la Academia General Militar de Zaragoza. Allí puede relajarse, desconectar del bullicio y mantener comunicación directa con sus padres, el rey Felipe VI y la reina Letizia.

Según fuentes cercanas, en esa habitación Leonor no solo habla con su familia, sino que también la utiliza para estudiar y organizarse sin distracciones. Sus compañeros comprenden que, debido a su condición de futura reina, necesita ese espacio para ciertas cuestiones privadas, aunque es un privilegio que el resto de cadetes no tiene.

Mientras el Juan Sebastián Elcano avanza en su recorrido, Leonor sigue esforzándose al máximo para superar esta etapa de su formación. La convivencia, la disciplina y la dureza del viaje la están preparando para futuras responsabilidades, y aunque cuenta con ciertas ventajas, su compromiso con la formación militar es evidente.